“Al final, con esto del bilingüismo, los niños no aprenden ni inglés ni español”. ¿Quién no ha escuchado, a la salida del colegio o en la barra de un bar, razonamientos de este tipo?
Artículos archivados
Elena Poniatowska (París, 1932) desciende directamente del último rey de Polonia, Stanislaw Poniatowski (1732-1798). Su familia abandonó la Francia ocupada por los nazis y se instaló en México cuando ella tenía diez años. No hablaba entonces una palabra de español, “lo aprendí en la calle –dice, por teléfono, desde su casa en el barrio de Chimalistac en la capital mexicana–, platicando con las sirvientas, los vendedores ambulantes y los que tiran la basura. Fueron buenos profesores porque años más tarde me gané el Cervantes.
Ferdinand de Saussure, el padre de la lingüística moderna, nació en 1857 en Ginebra, en una familia de hombres y mujeres de ciencia. Desde muy joven aprendió varios idiomas, además de su francés materno: inglés, alemán, griego y latín. Se graduó en Ciencias Naturales en la Universidad de Ginebra, pero desde niño lo fascinaron los misterios del lenguaje humano, de modo que hizo un doctorado en filología en la Universidad de Leipzig, grado que obtuvo en 1881.
Aunque no solemos pensar en ello, tenemos a nuestro alrededor uno de los prodigios fundamentales de los que nuestra especie es capaz, y cuya invención debería guiar nuestra idea de lo que es crear. Su existencia confirma que es posible una creación colectiva, y una inteligencia común y compartida. Ese prodigio es el lenguaje humano.
La letra -v- nunca tuvo en español el sonido labiodental que representa en lenguas como el francés, el inglés, el italiano o el portugués.
La primera edición del diccionario de la Academia española, que es recordado hoy como Autoridades (1726), explicaba que la letra b “imita el balido de las ovéjas” y que
Treinta monedas de plata fue la cantidad que los sacerdotes del Templo de Jerusalén pagaron a Judas por entregarles a Jesús. Pero, ¿qué monedas pudo haber recibido Judas como pago? ¿Cuáles eran las monedas de curso legal en Judea en el s. I?
En muchas ocasiones habremos visto quizá la expresión latina Nomen nominandum ‘todavía por nombrar’ en documentos, trabajos y programas de eventos. Se utiliza para referirse a una persona que todavía no se conoce, y cuya identidad se revelará más adelante, o cuyo nombre no se quiere indicar por algún motivo.
Si pudiese elegir qué lengua hablar antes de nacer, ¿qué idioma elegiría?
El lingüista Noam Chomsky afirma que la razón del uso del lenguaje en el ser humano se debe a la necesidad de expresar el pensamiento, y que todos tenemos un dispositivo mental abstracto capaz de generar cualquier frase en cualquier idioma; es como si en nuestra cabeza, como estructura mental innata, todos habláramos el mismo idioma. Lo que nos diferencia es la manera extrínseca de estructurarlo, la producción en un código de signos lingüísticos.
Cada año, el Día Internacional del Libro se celebra el 23 de abril en conmemoración de la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare (y del Inca Garcilaso) ese día en 1616. Pero debajo de esta coincidencia, se escondería un encuentro aún mayor: el hecho de que Shakespeare habría leído «Don Quijote de la Mancha» y escrito una obra protagonizada por uno de los personajes de la novela de Cervantes.
La diversidad de las lenguas humanas puede compararse con las ramas de un árbol. El inglés, por ejemplo, se encuentra en una rama que se remonta a un ancestro común con el escocés, que se remonta a un ancestro más lejano que se dividió en alemán y holandés.
Si nos adentramos en la rama europea, se originan el germánico, el celta, el albanés, las lenguas eslavas, las lenguas romances como el italiano y el español, el armenio, el báltico y el griego helénico.