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Historia y evolución de las lenguas germánicas y sus distintas ramas

Iglesia de Borgund, en Noruega

Bernardo Ríos *

La familia de lenguas más extendida del planeta es la indoeuropea y, dentro de esta, la rama de las lenguas romances. Sin embargo, la que se ha erigido como lingua franca del planeta no es una lengua romance, sino germánica, otra rama indoeuropea que ocupa la segunda posición dentro de la familia en número de hablantes.

Mientras que el español, el italiano o el francés son lenguas que se aprenden, mayoritariamente, por placer y los alumnos suelen matricularse porque les gustan estos idiomas, el inglés, el alemán o el sueco son lenguas que suelen aprender por necesidad. Huelga decir que habrá muchísima gente que estudie inglés, alemán o sueco por placer (justamente la persona que escribe el artículo es un ejemplo de estudiante de sueco por placer). Grosso modo.

En Europa, el alemán es la lengua de la mayor potencia económica del continente, un país que recibe inmigrantes de todos los demás países que buscan trabajo y una vida mejor que en sus lugares de origen. Yo, como español, no puedo contar cuántos conocidos han vivido, viven o quieren irse a vivir a Alemania.

Suecia es también un país receptor de inmigrantes, al igual que Noruega o Dinamarca, por la fama de su estado del bienestar. Y qué decir del inglés, la lengua del progreso económico y social para prácticamente todo el planeta.

Pero, como ocurre con las lenguas romances, hay muchas lenguas germánicas pequeñas que no son tan conocidas. Vamos a dar un repaso a la subfamilia germánica. Contaremos un poco su historia y veremos cuántas hablas tienen, actualmente, estatus de lengua, ya sea por cuestiones políticas o lingüísticas.

El antiguo idioma germánico

Se supone que todas las lenguas germánicas vienen de un antepasado común, es decir, que hace mucho tiempo, todas las lenguas germánicas eran solo una. Esta lengua se llama protogermánico y no tenemos ningún documento escrito de ella. Hoy la conocemos gracias al proceso de reconstrucción lingüística.

La zona en que surgió y se habló esta lengua sería el sur de la península escandinava, actualmente el sur de Noruega y Suecia. Poco tiempo después pasaría a la península de Jutlandia, actual Dinamarca. La expansión continuó, y se fecha hacia el -750 la presencia de los pueblos germánicos desde los actuales Países Bajos hasta el río Vístula.

Se han encontrado unas runas de finales del siglo -III en Escandinavia que presenta una forma de protonórdico (una de las lenguas surgidas del protogermánico, de la que vienen el noruego, sueco, danés… entre otras) muy antigua. Se fecha la fragmentación del protogermánico, por lo tanto, a lo largo del siglo -III.

Fue entonces cuando se dividió en tres ramas diferentes: germánico nórdico o septentrional, oriental y occidental.

 

Las lenguas germánicas nórdicas o septentrionales

El protonórdico fue heredero del protogermánico en las penínsulas de Jutlandia y Escandinavia. Se fecha entre los primeros siglos de nuestra era hasta la época vikinga, en el siglo VIII. Se conservan varias inscripciones rúnicas de esta etapa de la lengua. A partir del siglo octavo y hasta el catorce, aproximadamente, se habla de nórdico antiguo, y desde el Renacimiento hasta ahora ya hablaríamos de las actuales lenguas nórdicas.

A la etapa de nórdico antiguo también se la llama islandés antiguo o noruego antiguo, ya que la mayoría de textos que conservamos están escritos en estos dialectos.

La lengua nórdica más hablada es el sueco, con unos 10 millones de hablantes, seguida por el danés (6 millones), el noruego (5 millones), el islandés (320 000) y el feroés (unos 70 000). En la región de Dalecarlia, en Suecia, se habló una lengua llamada dalecarliano de la que podrían quedar cerca de 4000 hablantes alrededor del lago Siljan.

El curioso caso noruego: bokmal y nynorsk

Un caso que puede parecernos curioso, pero que en realidad no lo es tanto (podríamos citar como caso parecido, el catalán-valenciano, por ejemplo), es el del noruego. Tiene dos formas estandarizadas para su escritura, y ambas son de obligado aprendizaje en el colegio.

Estas formas son el bokmal y el nynorsk. El primero, que significa la lengua del libro, está muy influenciado por el danés (desde 1600 hasta 1900 la única lengua escrita en noruega era el danés, dada la unión política de ambos países), y es el de uso mayoritario (alrededor del 86% de la población).

El nynorsk fue una variedad creada por el filólogo Ivar Aasen a principios de siglo para evitar escribir en danés. Recorrió amplias partes de Noruega y creó esta variedad prestando atención a las similaridades entre los diversos dialectos. Puede que suene artificial, pero, en realidad, todos los estándares tienen un poco (o un mucho) de lengua construida.

Cada ayuntamiento puede decidir cuál es su variedad oficial, aunque, como se ha indicado antes, solo alrededor de un 15% elige el nynorsk. El bokmal es, también, la variedad que suele enseñarse a los extranjeros y en la que suelen escribirse los grandes periódicos y literatura del país.

Además de en sus respectivos países, el sueco también se habla en Finlandia, donde 16 municipalidades son oficialmente monolingües en la lengua germánica y otras 33 son oficialmente bilingües.

Las lenguas germánicas occidentales

Aquí encontramos el inglés, que es la segunda lengua más hablada del mundo contando sus hablantes nativos y no nativos, solo por detrás del chino. La tercera si contamos solo sus hablantes nativos, por detrás del chino y del español.

El inglés se ha convertido en la lengua más global de la historia de la humanidad, siendo el idioma de comunicación internacional de prácticamente cualquier país del planeta. Su peso económico, cultural, social o político hoy es incomparable.

Debido a lo mucho que ha cambiado y a la gran influencia francesa, el inglés puede parecer extraño incluso a otros hablantes de lenguas germánicas occidentales.

Todas las lenguas germánicas de los Países Bajos, Bélgica, Suiza, Liechtenstein, Alemania y Luxemburgo son también de la rama occidental.

En Alemania se hablan una gran cantidad de idiomas agrupados en tres grandes bloques: las hablas altoalemanas, que se hablan en el sur del país, las hablas bajoalemanas, que se hablan en el norte, y una zona intermedia de transición. Estas lenguas están peligro de extinción por la influencia del alemán estándar (que es una variedad de altoalemán) y cada vez se hablan menos. En realidad, toda la zona continental de las lenguas germánicas occidentales forman un continuum dialectal.

En Países Bajos se habla neerlandés y frisón en la región de Frisia, que, como curiosidad, es la lengua hablada actualmente más parecida al inglés.

En Suiza, Luxemburgo y Liechtenstein se hablaban lenguas germánicas que han ido desapareciendo o se han visto muy reducidas por la influencia del alemán estándar, como ha ocurrido en la propia Alemania. No obstante, el luxemburgués es oficial en Luxemburgo.

Número de hablantes y países de lengua germánica occidental

El inglés es hablado por entre 360-400 millones de personas como lengua nativa o primera lengua en el mundo y es oficial en países de los cinco continentes. Por mencionar solo los más famosos: Reino Unido, Irlanda, EE. UU., Canadá, Nueva Zelanda o Australia.

El neerlandés es oficial en Países Bajos, Surinam y Bélgica (conocido allí como flamenco). Es hablado por unos 38 millones de personas.

El alemán se habla principalmente en Suiza, Austria, Luxemburgo, Bélgica y Alemania, además de tener pequeñas comunidades de hablantes en muchos otros países (como EE. UU. u otros de Latinoamérica). Tiene entre 130-135 millones de hablantes.

Casos interesantes entre las lenguas germánicas occidentales

Dentro de las lenguas germánicas occidentales encontramos el curioso caso del afrikáans. Es lengua oficial en la República de Sudáfrica y Namibia, y llegó con los colonos holandeses. Es una variedad germánica que ha alcanzado el estatus de lengua en estos países, con su propia norma diferente de la neerlandesa. Tiene 15,5 millones de hablantes.

Otra lengua particularmente interesante es el yidis o judeoalemán. Es el alemán que hablaban las comunidades azkenazíes centroeuropeas, con mucha influencia tanto del hebreo como de las lenguas eslavas. Se calcula que pueden hablarlo un millón y medio de personas.

Entre lenguas criollas y lenguas minoritarias de pequeñas comunidades, tanto en Europa como fuera de ellas, el número de lenguas germánicas que no tocamos por cuestión de espacio es muy amplio. Pero no queremos abandonar el capítulo de la rama occidental sin hablar del caso que probablemente sea más polémico: el escocés.

La polémica lengua escocesa: el «scots»

En Escocia se hablan dos lenguas: inglés y gaélico (al que se suele llamar gaélico escocés para diferenciarlo de su hermano gaélico irlandés). Además de estas dos, hay quien reclama un tercer idioma, el escocés, que normalmente es referido en inglés como “scots”. Hay quien dice que es solo una versión local de inglés, hay quien dice que es realmente una lengua, aunque hay una tercera vía que parece la más cercana a las evidencias.

Durante los primeros siglos de la Edad Media en toda Gran Bretaña se hablaban diferentes formas locales de una lengua anglosajona. Esta lengua fue diversificándose con el tiempo y acabó con dos variedades principales: una en el norte, escocesa, y otra en el sur, inglesa (evidentemente, cada una de ellas tendría otras subdivisiones y su diferenciación sería gradual, no abrupta).

La variedad del norte fue desarrollándose tanto como la del sur, y, de hecho, los textos encontrados antiguos muestran claramente un desarrollo diferente al de la lengua de Inglaterra. No obstante, cuando las dos coronas se unieron la influencia del inglés fue cada vez mayor hasta relegar al escocés a las clases más humildes y las zonas rurales.

La escolarización hizo que incluso las clases más bajas o las zonas más rurales abandonaran el escocés. Al menos, en su versión más “castiza”, por decirlo de alguna forma. En algunos puntos de Escocia, actualmente, cabría pensar que se habla una variedad local de inglés muy influenciada por ese antiguo escocés, que, como lengua, se podría decir que está perdido. De hecho, en una encuesta reciente, la mayoría de la población de Escocia afirmaba hablar una variedad de inglés, y no una lengua diferente. El tema sigue siendo, en fin, un foco de polémicas no solo lingüísticas, sino también sociales y políticas.

Lenguas germánicas orientales

Dejamos para el final el grupo más sencillo: actualmente no queda ninguna lengua de esta rama. El burgundio, el vándalo o el gótico formaban parte de ella.

El gótico es tanto la lengua mejor documentada como la que dejó una variedad más longeva. En Europa occidental se perdió alrededor del siglo VII tanto en Hispania como en Italia, donde se habían asentado los visigodos y los ostrogodos, respectivamente. Pero en la península de Crimea quedó una población hablante de lo que se ha llamado el gótico de Crimea hasta el siglo XV. Y con ella murió la última lengua germánica oriental.

Fuentes:

  • Wikipedia
  • Villar, Francisco Los indoeuropeos y los orígenes de Europa, lenguaje e historia Madrid, segunda edición 1996, Gredos
  • Johan van der Auwera, Daniel van Olmen Germanic Languages and areal Linguistics Abril 2013, Universidad de Amberes, Universidad de Lancaster

 

Bernardo Ríos estudió Filología Románica en la Universidad de Salamanca y un máster de Español como Segunda Lengua en la Universidad Complutense de Madrid. Ha dado clases de español en Singapur y Madrid y ahora es traductor, community manager y asistente de lingüística en el canal de YouTube Linguriosa. Escribe sobre lingüística en su blog

Lingüística en Primera Persona (https: //linguisticaenprimerapersona.

blogspot. com/).