La forma plural del verbo es la correcta en este caso.
La preposición se usa para presentar un complemento directo de persona, como, por ejemplo «decirle a Juan», pero en los demás casos la preposición se omite. En este caso, sería «inscribir un ojo».
«Tomar» es una palabra que tiene usos muy variados, exactamente 39 acepciones en el diccionario de la Academia, de modo que no nos queda claro en qué consiste exactamente su duda. En cuando a su etimología, no se conoce y, según Corominas, se emplea solo en castellano y portugués.
La regla es la misma empleada para nombrar los ordinales de una o dos cifras. Para cada cifra se lee su ordinal correspondiente. Así, el ordinal 123.° se lee centésimo vigésimo tercero; el 632.°, sexcentésimo trigésimo segundo; el 1345.° milésimo tricentésimo cuadragésimo quinto; el 976.° noningentésimo septuagésimo sexto.
Puede revisar la denominación de los ordinales en este enlace ordinales | Diccionario panhispánico de dudas.
Tanto bibere como vivere son, o mejor dicho eran esdrújulas en el latín clásico y se pronunciaban en el latín hispánico de manera idéntica.
Usted está en lo cierto, es incorrecto separar las contracciones al y del cuando el artículo el no forma parte de un nombre propio. Así, se dirá: Al coloquio asistieron dos representantes de El Cairo. Fueron los únicos asistentes del norte de África.
El uso exageradamente frecuente de «generar» lo ha convertido en una especie de comodín, pero no podemos decir que sea «incorrecto». El verbo generar significa causar, producir, originar, ocasionar y, también, procrear. Es legítimo usarlo con cualquiera de esos significados. Obviamente, el uso excesivo de este o de cualquier otro verbo o vocablo de la lengua muestra un estilo de expresión pobre, una falta de esmero de parte del comunicador, que debería evitarse.
El plural de la mano es las manos. Ahora, hay dos variantes del diminutivo de mano: la manita (de mayor uso en España) y la manito (predominante en América). Entonces, ambos plurales, las manitas y las manitos, son válidos.
La palabra poetisa no ha desaparecido, pero muchas personas consideran que el sufijo -isa desmerece a las mujeres que escriben poesía y las pone en situación de inferioridad frente a los hombres, por lo que prefieren considerar la palabra poeta como «común en cuanto a género», sin morfema distintivo, como ocurre con periodista y otras.
El superlativo de milenario es milenarísimo.
Cruel admite los diminutivos cruelito y cruelcito; además las formas alternativas terminadas en -illo, -ico, -ín, cuyo uso varía con la región.