discrepar
La historia de las palabras nos muestra cómo, a lo largo de los siglos, las palabras suelen encontrarse, separarse y emparentarse por los caminos más sorprendentes e inesperados, tal como lo hacen los seres humanos. El caso de discrepar y crepitar es un buen ejemplo de esta afirmación.
¿Cuál puede ser la relación entre disentir de otra persona y el sonido de la leña de un buen fuego invernal? Pues, quien discrepa está disonando, sonando diferente. Tanto discrepar como crepitar se derivan del latín crepare, que significa ‘crujir, dar un chasquido’.
Obsérvese que esta referencia auditiva recuerda la etimología del vocablo absurdo (v. absurdo).
Un error común se advierte en la construcción preposicional: el régimen de discrepar exige de; es incorrecto usar con. Así, se debe decir ‘discrepo de ti en esto’ y no, como oímos frecuentemente, *‘discrepo contigo’.