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diacrítico

Etimología - El origen de la palabra: diacrítico

Como es sabido, en español se utiliza el acento escrito o tilde* para señalar dónde va el acento tónico, es decir cuál es la sílaba que se carga con más fuerza en la pronunciación. Sin embargo, este signo ortográfico tiene también otros usos en nuestra lengua: puede ser diacrítico o enfático.

En esta entrada nos ocupamos del acento diacrítico, que sirve para distinguir palabras que se escriben igual, pero tienen significados diferentes. El artículo el --por ejemplo el árbol o el libro-- se diferencia por medio de una tilde diacrítica del pronombre personal él --él dice, él hace, él escribe--. Otros casos de acento diacrítico son más controvertidos. La Real Academia Española establece que el adverbio sólo debe llevar tilde para distinguirlo del adjetivo solo (sólo es adverbio cuando puede ser reemplazado por solamente; el adjetivo solo es el que usamos, por ejemplo en Fulano es un hombre muy solo). El punto discutible de esta norma es que la Academia establece que la tilde diacrítica sólo se utiliza en el adverbio cuando hay posibilidad de confusión, de ambigüedad. Esto introduce un elemento de complejidad que contradice la tradición de simplicidad que siempre había caracterizado a la Academia, pues torna la norma excesivamente erudita, para uso de una pequeña elite de hablantes. Por esa razón, muchos escritores y trabajadores del idioma, entre los que se cuenta el autor, optan por escribir sólo, cuando equivale a solamente, siempre con tilde. Algo semejante ocurre con los pronombres demostrativos este, ese y aquel, así como sus plurales, que, según la Academia, sólo deben llevar tilde cuando pueden ser confundidos con los adjetivos correspondientes.

Diacrítico nos viene del griego diakritikós, palabra derivada a su vez del verbo diakrinein. Se trata de un verbo compuesto, formado por el prefijo dia- ‘a través’, ‘de un extremo al otro’ (pero también expresa la idea de diferenciación) y krinein ‘separar’. A su vez, krinein se formó a partir de la raíz indoeuropea krei- ‘distinguir’, ‘tamizar’. Esta raíz prehistórica está presente en numerosas palabras de nuestra lengua, tales como secreto, incertidumbre, excremento e hipocresía, entre muchas otras.


Estos textos ha sido extraídos de los libros de Ricardo Soca La fascinante historia de las palabras y Nuevas fascinantes historias de las palabras.

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