
El expresidente de EE.UU. Barack Obama llora ante la muerte de Aretha Franklin, en 2018
llorar
Derramar lágrimas en reacción a un estado emocional. La neurociencia ha establecido que existe una red neural entre el conducto lacrimal y las áreas cerebrales vinculadas a la emoción. Según el médico y psicólogo austríaco Wilhelm Stekel (1868-1940), el organismo requiere desahogos espasmódicos periódicos, que se pueden dar mediante el llanto, el orgasmo, las crisis de ira o los ataques de angustia.
Derivada del latín plōrare, llorar se usa de diversas formas en todas las lenguas romances, con excepción del rumano, como el francés pleurer, el catalán plorar, el portugués y el gallego chorar y el italiano piangere .
La forma plorar, más cercana al latín, aparece en la primera página del Poema de Mio Cid, en la expresión plorando de los ojos (1140:v. 16b-18):
Exiénlo ver mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras son,
plorando de los ojos, tanto avién el dolor,
de las sus bocas todos dizían una razón
En la primera línea del Poema, en cambio, el vocablo adquiere otra forma, que preanuncia la pérdida de la p latina: De los sos ojos tan fuerte mientre lorando.
A lo largo del tiempo, se formaron numerosos derivados, como llorón, lloradera, lloroso, deplorable, lloriquear, lloriqueo. En portugués se formó choramingar ‘lloriquear’, que parece tener un parentesco con el asturiano xoramicar y el lloramico, que Cervantes introduce en el Quijote.