¿Cómo afectará la IA al sector de la traducción?
A mediados de abril de 2024, Samsung presentó una aplicación que permite traducir conversaciones a unos dieciséis idiomas en tiempo real. Sin embargo, los profesionales del sector y las agencias de traduccion madrid que se dedican a producir traducciones técnicas, juradas o científicas, entre muchas otras, no ven una amenaza a su actividad en esta tecnología.
¿La IA puede reemplazar a un traductor profesional?
La inteligencia artificial avanza a pasos agigantados en la mayoría de las áreas de generación de contenido escrito, gráfico y audiovisual. En el campo de la traducción, la IA ha mejorado notablemente la capacidad de los traductores y de las personas que requieren traducciones simples, rápidas y eficaces para distintos ámbitos de la vida cotidiana.
Pese a ello, los profesionales de la traducción comprenden, más que cualquier otro, cuáles son las limitaciones de esta tecnología: si bien las herramientas de traducción basadas en IA y modelos de deep learning han mejorado mucho durante los últimos años, reemplazar los servicios una empresa de traduccion no es tan sencillo.
Para hacernos una idea: los traductores basados en IA no pueden comprender matices culturales, ironías y contextos específicos —estos aspectos son muy difíciles, valga la redundancia, de traducir en un prompt—. Esto también ocurre en el caso de textos legales o médicos, cuando es necesaria una comprensión completa de la disciplina, una interpretación de la normativa o una acreditación legal para producir la traducción.
Justamente por eso, se cree que, en todo caso, siempre será necesario un traductor humano que supervise la posedición de traductores artificiales. El traductor humano no solo traduce texto, sino que adapta el mensaje al contexto cultural y social del público objetivo, conoce las particularidades de los ámbitos en los que se inscribe la traducción y los matices de sentido que se ejercen sobre esta.
¿Cuál es el impacto de la IA en la profesión de traductor?
El impacto de la IA en la profesión de traductor es un tema que se extiende a otras áreas como la corrección de textos, la redacción, la producción visual y el diseño gráfico. Sin embargo, hay una cuestión que atraviesa la misma idea de la IA como concepto: tanto para saber qué solicitar como para comprobar el resultado, se necesita de una persona con conocimiento en la materia.
Si bien la IA ha automatizado ciertas tareas y ha facilitado el acceso a traducciones rápidas, hasta ahora esto solo permite una mayor capacidad de traducción donde no se necesitan traductores, como por ejemplo cuando necesitamos pedir direcciones o comida —en cualquier situación en la que solo importa el contenido del mensaje—. En este sentido, la traducción por IA es una herramienta sumamente útil en la vida cotidiana.
Es cierto que hoy en día los traductores profesionales utilizan la traducción automática como una herramienta complementaria, con lo que se conoce como posedición. En este proceso, el traductor no solo reduce el esfuerzo y tiempo invertido en la tarea, sino que además revisa y corrige las traducciones generadas por IA, mejorando así la precisión y coherencia del texto final.
En el ámbito de las traducciones oficiales, las deficiencias de la IA se vuelven aún más evidentes. La IA no puede interpretar el contexto legal o las implicaciones jurídicas de un documento (títulos, certificados, contratos, etc.) y no logran captar el registro y la variedad dialectal, lo que puede llevar a la omisión o malinterpretación de términos clave que son esenciales para la validez legal del documento en cuestión.