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Veinte pruebas de que Uruguay es un país bilingüe desde hace más de 200 años

24/07/2022
Leonardo Haberkorn @leohaberkorn

Frontera entre las ciudades de Rivera y Santana do Livramento

Uruguay es un país bilingüe. Una lingüista brasileña, profesora de la Universidad de Arizona, y un documentalista de Maldonado están filmando una película sobre esta realidad ignorada o soslayada. Tras recorrer durante días los departamentos de Artigas, Rivera y Cerro Largo han seleccionado a una veintena de compatriotas que darán testimonio de su vida y de su lengua en la pantalla del cine.

Son 20 personas que hablan “portugués uruguayo”, un idioma ignorado en el sur y hablado por muchos en el norte, aunque muchas veces ni siquiera aquellos mismos que lo hablan saben exactamente qué es esa lengua que se ha trasmitido de generación en generación en su familia.

En general, lo llaman portuñol, a veces también bayano, brasilero o entreverado. Cuando la lingüista Ana Carvalho dialoga con ellos, también utiliza esos términos, por respeto. Pero –de acuerdo con su saber académico– no es la manera correcta de llamar a ese idioma que persiste en amplias regiones del norte uruguayo.

Desde hace muchos años, Carvalho, que nació en la ciudad paulista de Bauru, está radicada en Estados Unidos, donde es profesora en la Universidad de Arizona. Se graduó en la Universidad de Berkeley, en 1998, con un trabajo sobre el lenguaje fronterizo que la llevó a estar viviendo dos meses en Montevideo y seis meses en Rivera.

Desde entonces ha vuelto muchas veces a Uruguay, tanto que su socio en la aventura de filmar la película, el cineasta fernandino Richie Machado, director de la productora Incógnita Multimedia, se permite bromear respecto a que “la película tiene una preproducción de 25 años”.

En las últimas semanas, Carvalho regresó a Rivera, pero también recorrió como nunca antes ciudades, barrios y parejas rurales de Artigas y Cerro Largo, buscando material para el documental que estrenará en 2023 con el título de Vozes das margens. Buscaban los mejores testimonios para ilustrar el bilingüismo de frontera. “En cada departamento tuvimos consultores locales que nos ayudaron”, relató Machado.

La película tiene un par de líneas claras, explicó el documentalista. Por un lado, no aparecerán expertos en pantalla, sino que la palabra estará monopolizada por la propia población bilingüe. Por otro, la apuesta a algo más que tomar declaraciones a los entrevistados. “Buscamos convivir con ellos suficiente tiempo como para que se olviden de que están las cámaras, plasmar una experiencia filmada, no es llegar, grabar e irnos”, dijo Machado. Para el documentalista, la experiencia ha resultado removedora: “Nos sorprendimos muchísimo. Es como estar en otro Uruguay dentro del Uruguay”.

Idioma de contacto

“Rivera y Artigas son departamentos donde hay muchos portuguéshablantes”, sostuvo Carvalho, entrevistada en Montevideo, de regreso de su recorrida por el norte. “No sabemos exactamente cuántos son, porque el censo uruguayo no hace esa pregunta. Pero es un idioma muy común, en la campaña, en los barrios, incluso en el centro de las ciudades. En Cerro Largo también, sobre todo en Aceguá, y en la campaña entre Aceguá y Melo. La comunidad llama a este idioma portuñol. Pero desde el punto de vista lingüístico estamos ante una variedad del portugués”.

La palabra portuñol  sugiere la existencia de un nuevo idioma, una mezcla indiscriminada de portugués y español. Y no es eso lo que ocurre en este caso, explicó la experta.

Carvalho lo ha estudiado una y otra vez, y siempre llega a las mismas conclusiones: el idioma fronterizo toma prestadas palabras del castellano, pero en cuanto a su construcción y estructura se ciñe al portugués.

“El portugués uruguayo es una variedad de contacto con el español. Los dialectos en contacto con otro idioma suelen tomar algunas palabras de esa otra lengua. Pasa por ejemplo con el español de Estados Unidos: allí se dice ‘parquear’ en vez de ‘estacionar’. Son préstamos lingüísticos comunes en situaciones de bilingüismo social. Pasa también con el francés de Canadá y el turco en Alemania. En todos estos casos hay muchos préstamos de léxico. En el portugués uruguayo se usa ‘jefatura’ en vez de ‘delegacia’; ‘manejar’ en lugar de ‘dirigir’, y muchas otras cositas así. Pero siempre con respecto a las palabras, la estructura siempre es portuguesa”.

Muchos creen que el portugués uruguayo está allí por un arrastre de Brasil, su pujanza, su comercio y sus medios de comunicación. Sin embargo, no es verdad. Sí hay un “bilingüismo comercial” que se habla en Rio Branco y en el Chuy, lo mismo que en otras fronteras de Brasil en Sudamérica, pero eso no es lo que ocurre en Rivera, Artigas y Cerro Largo.

“El portugués uruguayo está allí desde hace 200 años. La gente del sur muchas veces cree que esta lengua se habla por influencia de Brasil, y no es así. Es una lengua de herencia, que viene de mucho tiempo atrás, que fueron transmitiendo los abuelos y las abuelas. Muchos cuentan que sus abuelos no sabían hablar castellano, sobre todo en la campaña. Y son gente que no ha tenido ningún contacto con Brasil”.

Historia de resistencia

Carvalho siente un gran entusiasmo por el documental que están filmando con el apoyo de la Universidad de Arizona, la embajada de Portugal en Uruguay, el Instituto Camões y la Organización de Estados Iberoamericanos. “Me encanta poder documentar la resistencia de esta gente”, sostuvo. Relató que a fines del siglo XIX y primeras décadas del XX, y también durante la dictadura militar (1973-1985), hubo verdaderas campañas destinadas a erradicar el uso del portugués uruguayo. “En la dictadura los niños iban en penitencia si hablaban portugués en la escuela”, dijo.

Desde 1985 eso ya no es así, pero el estigma subsiste. “No sabés la cantidad de narrativa sobre discriminación lingüística que hemos recolectado, va a ser una gran temática dentro de la película. Los chiquilines que vienen a Montevideo para estudiar en la universidad, la gente que viene para atenderse con médicos, sienten muchísima discriminación lingüística. La burla que sufren acá no los ayuda. Terminan por sentir una gran inseguridad: creen que no hablan bien ninguno de los dos idiomas, cuando en realidad son bilingües”.

Cuando hizo sus primeros trabajos, en los años de 1990, la lingüista brasileña notó que en las familias de clase media donde se hablaba el portugués uruguayo muchas veces se hacía el esfuerzo de hablar español, para no trasmitir el lenguaje familiar a los niños. En la recorrida que culminó en estos días notó que hoy eso también pasa en familias de clase media baja y de clase baja, en especial en las ciudades.

El tema impresionó a Machado: “Ya no quieren transmitirles a sus hijos el idioma de su familia, para que no tengan que vivir los mismos prejuicios que ellos tuvieron que atravesar en el sistema educativo y en el mundo laboral”.

Machado espera que la película provoque un cambio de mirada sobre el tema. Carvalho, mientras tanto, sueña con ver en la pantalla a aquellos a los que ha estudiado tanto.

“Llevo 27 años trabajando en este tema y siempre soy la lingüista que viene, recoge los datos, los analiza y los publica; y la comunidad nada. Esta película es una manera de ponerlos en la pantalla, de que el sur de Uruguay vea que son bilingües, que sufren discriminación, que tienen una cultura muy rica. Es una manera de celebrar a gente que en general sufre discriminación, que está subordinada al sur. No valoran su tradición, odian su propia manera de hablar el español y también su manera de hablar el portugués porque es distinto al que se habla en Brasil… Esta es un modo de celebrar su idioma”.

La lingüista no tiene dudas: Uruguay tiene allí un capital que haría bien en conservar. “La diversidad lingüística añade, enriquece. Creo que perder una lengua es perder una cultura”.

Carvalho no se anima a decir qué futuro le espera al portugués uruguayo. “No sé si logrará sobrevivir, pero si lo hace será en campaña, o en los barrios”.