Trastornos del lenguaje infantil: ¿Qué deben hacer los padres?
Los padres deben permanecer atentos a la conducta de sus hijos
Todas las etapas en la vida de un niño son importantes porque va desarrollando diversos aspectos, y uno de ellos tiene que ver con el lenguaje y aprendizaje de ellos, es por eso que hay que prestar atención cuando se presentan problemas de este tipo.
Una de esas afecciones tiene que ver con el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL), que es una dificultad que altera el desarrollo del lenguaje del niño de manera persistente sin que existan otras alteraciones en el desarrollo tales como hipoacusia, discapacidad intelectual, trastorno neuromotor y psiquiátricas, como las principales a saber.
Factores a tener en cuenta
Además, este mal puede involucrar el aspecto receptivo, expresivo o ambos y dado que es un trastorno neurobiológico, no se puede prevenir. Sin embargo, si hay antecedentes en la familia y/o hubo riesgo pre, peri o postnatal, se puede realizar su seguimiento a fin de hacer una detección precoz que evite ulteriores consecuencias.
Lo cierto es que en el sector de Lenguaje y Comunicación del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sostienen que aumentaron las consultas por niñas y niños cada vez más pequeños con ausencia del lenguaje o dificultades en la comunicación.
Opinión de una especialista
Con relación a este tema, la fonoaudióloga Patricia Villalba (M.N. 9319 e integrante del sector Lenguaje y Comunicación de dicho hospital) relató que “en las consultas observamos en ellas/os una pobre comunicación e intención comunicativa al momento de mirar, señalar, pedir; presentan poco desarrollo del juego. En algunos casos, esto puede deberse a la exposición temprana de pantallas, ya sea celular o televisión, donde pasan horas frente a estos y es tiempo que no invierten en jugar o en interactuar con su familia. Otro caso que vemos es que los padres tienen intención de jugar o de estimularlos pero no tienen el conocimiento adecuado para hacerlo”.
En tanto, otra integrante del área, la Licenciada en Fonoaudiología Jorgelina Makaric (MN 8188), detalló las consecuencias del TDL según el tipo de alteración que se pueda llegar a encontrar: “Si el niño no comprende, su desarrollo tanto intelectual como social se van a ver alterados, se deberán introducir ayudas complementarias lo antes posible para minimizar esta dificultad sobre todo a nivel escolar y para que el niño logre cumplir con las consignas requeridas. Si la dificultad es a nivel expresivo y el niño presenta un lenguaje ininteligible, sus consecuencias pueden llegar a ser a nivel social y a nivel del desarrollo de la lectoescritura”.
Por tal motivo, hay que estar atentos a una serie de episodios para acudir a un especialista, por ejemplo, si a partir de los 18 meses de la persona se presenta con: 1) Falta de contacto visual, es decir no mira a la cara cuando le hablan, 2) Escaso interés de interactuar con otra/os niños y adulta/os, 3) Dificultad para compartir la atención con otras personas. No mirar lo que le muestran, ni interesarse por los juegos típicos de su edad, 4) Escaso interés por juguetes, aunque estos sean atractivos para la edad, 5) Escasa habilidad de imitación, tanto de acciones como de palabras. Por ejemplo, teniendo presente el modelo del adulto, no tira besos, no aplaude o no imita palabras, 6) Ausencia de iniciativa para comunicarse, es decir no tiene intención de querer comunicar algo, 7) Ausencia del gesto de señalar para pedir, 8) Falta de comprensión de órdenes simples, como “dame” y “toma”, u órdenes en contexto, 9) Falta de respuesta al nombre y 10) Escaso uso de palabras frecuentes como “mamá”, “papá”, “agua”, “papa” o “pan”.
Otros períodos a resaltar
En cuanto al período que va a partir de los 30 meses, hay que prestar atención si: 1) Hay escasa o nula comprensión de órdenes verbales simples como “Traé la pelota”. En estos casos, es importante saber si es capaz de identificar la orden con la ayuda de un señalamiento, 2) Si no combina palabras para armar una frase, persiste en el uso de la palabra aislada o no usa conectores o preposiciones, 3) Si la mayoría de los adultos no le entiende cuando habla (falta de inteligibilidad) y 4) Uso de ecolalias (repite todo lo que escucha) sin fines comunicativos.
En tanto, a partir de los 4 años, el seguimiento debe ser intensivo, si: 1) Necesita que le repitan varias veces las consignas ya que no comprende lo que le dicen, 2) En el jardín de infantes o en casa realiza las actividades o consignas por imitación y no porque haya comprendido la consigna, 3) Tiene dificultad para responder preguntas con distintos encabezadores. Confunde “qué”, “quién”, “dónde”, “cuándo”, “por qué”, 4) Tiene dificultad para recordar o evocar palabras. Tarda en definir lo que quiere decir. Puede utilizar ciertas muletillas como “ehhh”, “mmm”, o define la palabra en lugar de decir la palabra (por ejemplo para decir “tenedor” dice “eso para pinchar la comida”). 5) Le resulta difícil armar frases complejas, 6) Tiene dificultad en la pronunciación y/o en el uso de los sonidos del habla, produciendo sustitución de los sonidos (“sapo” por “tapo”), y/o reducción de sílabas en palabras largas como ser “pato” por “zapato”, 7) Tiene dificultad en el relato, como por ejemplo no puede contar de manera organizada algo relacionado con su propia vida, como ser que hizo en el jardín, 8) Le cuesta cambiar el tema de conversación; persiste solo en sus temas de interés y 9) Tiene escasa o nula participación en las conversaciones, dificultad para iniciar o mantener una conversación.
¿Cuándo consultar a un especialista?
El asunto es que en caso de observar algunas de estas características, las especialistas en este mal sugieren solicitar una consulta fonoaudiológica con orientación neurolingüística para poder intervenir oportunamente.
“Ante la menor sospecha de los padres, de algún profesional o de la escuela, se debe consultar a fin de llegar al diagnóstico e intervenir tempranamente. Y, si el caso lo requiere, hacer las interconsultas necesarias con Psicología, Psicopedagogía, Neurología y otras áreas. Es sumamente importante el compromiso y participación activa de la familia en el mismo para arribar a mejores resultados en función de la capacidad del niño”, comentó Villalba.
Finalmente, hay que destacar el rol importante que cumplen los padres o tutores de un menor, ya que la atención que estos le presten a lo que ocurre, es que pueden acudir a un profesional, realizar un diagnóstico y un posterior tratamiento a llevar a cabo.
Conducta por el déficit de atención
En una buena cantidad de casos, los padres tienen temor a acudir a un profesional de la salud mental o a un pediatra para preguntarle por estas “dificultades de conducta”. “En realidad, son manifestaciones de un niño o niña que no la está pasando bien y un diagnóstico temprano es fundamental para aliviar esos padecimientos”, sostuvo la doctora Silvia Ongini (M.N. 69.218).
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se presenta de tres maneras: predominio de falta de atención, predominio de hiperactividad con impulsividad o mixto. Se da debido a una predisposición genética, factores neurobiológicos, fisiológicos y/o epigenéticos.
De acuerdo con la especialista, afecta lo social y lleva a que la persona tenga baja autoestima “porque se da cuenta de que no rinde como los demás, que pasa a ser la “molestia” de la clase o la casa, que no puede jugar con sus pares. Esto hace que sufra, que se sienta menos y que la pase mal. Es un loop que genera mayor ansiedad y mayor desatención”.
La especialista recomendó herramientas para ayudarlos: limitar el uso de las pantallas y fomentarles la lectura de cualquier libro de cuentos adecuados a la edad.
Prevención y tratamiento
Uno de los puntos que tiene el tema del Trastorno del Lenguaje es que pueden realizarse medidas para prevenirlo, aunque a veces puede aparecer por ciertas cuestiones, pero algunas recomendaciones pueden ayudar a llevar algo de tranquilidad en el momento del embarazo.
Es importante llevar una buena nutrición durante el embarazo y la primera etapa de la infancia, especialmente tomando ácido fólico (tipo de vitamina B), para prevenir estos trastornos. También se recomienda no utilizar jergas o estereotipos ni tener actitudes inadecuadas ante la dificultad de expresarse de un niño, ya que puede derivar a problemas como el tartamudeo.
Es clave tratar los trastornos del lenguaje lo antes posible. Las técnicas que se emplean son: 1) Terapia del habla habitual: consiste en trabajar individualmente el desarrollo de vocabulario y gramática y 2) Psicoterapia: se recurre cuando un niño tiene problemas emocionales a raíz de sus dificultades en el lenguaje.