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Suiza podría llevar a referéndum el lenguaje inclusivo antes de que entre en las escuelas

12/08/2021

Buscan bloquear la entrada del lenguaje inclusivo a las escuelas

Según diversos especialistas, Suiza va por delante de Francia en términos de lenguaje inclusivo. Pero la polémica en torno al tema ha llegado a tal punto que la resolución podría pasar por una votación popular en referéndum.

Desde la década de los 90, la administración suiza ha fomentado el uso del género neutro en las tres principales lenguas nacionales (alemán, francés e italiano). Además, recomienda utilizar tanto el femenino como el masculino al dirigirse a hombres y mujeres, y cuestiona la regla de concordancia de la lengua francesa según la cual, en plural, "el masculino prevalece sobre el femenino".

Pero son las grafías que incluyen, entre puntos, todas las posibilidades de género, como "les député.e.s" o "les électeur.rice.s", muy de moda en los últimos tiempos, las que han desatado la polémica.

Sus detractores señalan su ilegibilidad o el sectarismo político de esta forma de expresión. Mientras Francia prohibió recientemente su uso, en Suiza varios funcionarios electos, principalmente de derecha, están haciendo campaña para su erradicación.

"Estas formas con puntos o puntos medios son muy visibles y muy controvertidas. La población está mucho más abierta a los desdoblamientos o a otras formas, como por ejemplo 'los electores y las electoras, el electorado, la gente que vota'...", alega Daniel Elmiger, profesor de lingüística de la Universidad de Ginebra.

Tensiones lingüísticas

Tras las tensiones desatadas en Suiza, la Cancillería Federal prohibió a mediados de junio el uso en los textos de la Confederación en alemán del asterisco y de otros signos tipográficos que incluyen el masculino, el femenino pero también los géneros no binarios, bajo la premisa de que causan una gran cantidad de problemas.

Se prohibieron así los términos "Bürger*innen" o "Bürger:innen", que se usaban para atribuir un género neutro a la palabra "ciudadanos".

El enfrentamiento continúa en el Parlamento, donde el diputado Benjamin Roduit, del Partido Demócrata Cristiano, presentó en marzo una moción -aún no debatida- pidiendo que la administración federal mantenga las reglas de la lengua francesa "sin derogarlas a favor de una escritura llamada inclusiva".

En los últimos meses, es la televisión pública suiza RTS la que ha desatado la polémica al adoptar el lenguaje inclusivo y el epiceno en sus directos, de forma que ha desaparecido el "buenas noches a todos" en favor del "buenas noches y bienvenida".

Este punto ha desatado las iras de la sección suiza de la Defensa de la Lengua Francesa (DFL), que en una carta abierta a la RTS pidió, el 8 de marzo, que abandonara esta reforma. Al frente de DLF-Suiza, Aurèle Challet planea organizar a finales de octubre en Ginebra los primeros "Estados Generales de la lengua francesa en Helvetia", y tiene la intención de reunir suficientes firmas para lanzar un referéndum, como permite la democracia directa suiza.

Puntos sobre las íes

La iniciativa popular "tiene como objetivo prohibir la denominada escritura inclusiva en toda Suiza, no estamos hablando del género neutro, sino de la inclusión de puntos entre las letras", explica a AFP este ex periodista deportivo que no ve "cómo podría ayudar a la causa de la mujer "poner" puntos entre las letras en lugar de ponerlos sobre las íes".

Tipógrafo de formación, lamenta la introducción de este lenguaje en las administraciones, pero también pronto en las escuelas.

Aprovechando la próxima renovación de los libros escolares en los cantones de habla francesa, las autoridades suizas tienen la intención de introducir algunos elementos del lenguaje neutro a partir de 2023.

Pascal Gygax, psicolingüística de la Universidad de Friburgo y autor del libro ¿El cerebro piensa en masculino?, defiende esta "refeminización" de la escritura, incluso en las aulas. "Vemos que ahora hay corrientes más igualitarias, lo vimos con el hashtagMeToo, por ejemplo. Vemos una sociedad que empieza a darse cuenta de este poder patriarcal (...) donde todo gira en torno a los hombres, desde el patio de la escuela hasta cómo nos vestimos y hablamos. La cuestión del idioma es parte de un movimiento que busca más igualdad ", asegura.

Para Janna Kraus, de la asociación Transgender Network Switzerland (TGNS), estar "en contra del lenguaje justo no debería dar a nadie el derecho a prohibir su uso por parte de otros". "La existencia de personas que no son ni hombres ni mujeres no es un tema de discusión sino un hecho social y científico. Así que no tiene sentido disfrazar esto lingüísticamente simplemente para seguir manteniendo hábitos arbitrarios", afirma.