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Series españolas conquistan EE. UU.

09/02/2011

PúblicoLas aventuras de Águila Roja, el héroe enmascarado que ayuda a los más necesitados en la España del siglo XVII, acaban de desembarcar en EEUU. Desde enero, esta serie producida por Globomedia y emitida por TVE que ya ha encargado su cuarta temporada, puede verse en las pantallas estadounidenses a través del canal de habla hispana V-ME.Esta producción también se ha comenzado a emitir en Cuba. México es el próximo país interesado en hacerse con esta serie de aventuras, intrigas y amor protagonizada por David Janer, Francis Lorenzo, Miryam Gallego e Inma Cuesta.Águila Roja, que ya se veía en 19 países, es la última serie española en dar el salto a un mercado tradicionalmente complicado para los títulos nacionales como es el de EEUU.«Es un mercado difícil y extraño porque su relación comercial con los proveedores de ficción es muy asimétrica. Ellos compran las series e intentan imponer unas condiciones de negociación que son muchas veces inaceptables», explica Pepe Huertas, director general de Imagina International Sales. Además, la competencia es dura. No obstante, las productoras españolas han avanzado mucho en el mercado estadounidense y, poco a poco, han abierto una brecha interesante de negocio. Ese esfuerzo compensa porque «EEUU es un plus añadido», añade Huertas.A finales de 2009, otra serie también emitida por TVE logró dar el salto a territorio USA. La telenovela Amar en tiempos revueltos, líder absoluta en el horario de sobremesa en España, recaló en la cadena Telemundo, propiedad de NBC Universal. La lista de series nacionales que han llegado a la televisión estadounidense es, en cualquier caso, extensa: Aída, Los Serrano, Médico de Familia, Compañeros, Cuenta atrás, Un paso adelante o Periodistas son algunas de ellas.Dificultades en LatinoaméricaJunto a EEUU, Latinoamérica es la otra asignatura pendiente en la exportación de producciones de ficción españolas, que hasta ahora solían comercializarse, fundamentalmente, en Europa. Ni siquiera el hecho de compartir el español como lengua común es una ventaja. Todo lo contrario. «El idioma es una barrera. Nuestro castellano allí siempre suena duro, brusco, grosero, y hay que doblarlo con tonos que suenen más neutros», cuenta Huertas.A eso hay que sumar las diferencias en el tipo de formatos. En Latinoamérica, las telenovelas son el género intocable. Sin embargo, las producciones españolas tienen poco que ver con los culebrones: los episodios son más largos, las tramas son conclusivas, el argumento es más elaborado...A pesar de estas dificultades, los últimos movimientos demuestran que el panorama ha empezado a cambiar. Es, por ejemplo, lo que ha ocurrido con El internado, también de Globomedia, que arrasa en Rumanía (supera en audiencia a CSI), y se ha hecho un hueco importante entre el público latinoamericano e incluso en Japón.¿A qué se debe entonces el éxito de las ventas? Huertas lo achaca a varios motivos: por un lado está la calidad de los guiones, que relatan historias bien contadas y de temática universal, cada vez más «deslocalizadas». Además, está la rapidez en la producción de ficción española, con entre 26 y 39 capítulos al año, frente a los 13 episodios de EEUU o los siete de Alemania.