Se habla distinto, pero eso no significa “mejor” ni “peor” que en las ciudades
Pueblo rural de España
El título de esta nota es el nombre una iniciativa que aboga por la diversidad lingüística. El libro Como dicen en mi pueblo. El habla de los pueblos españoles nació del Corpus Oral y Sonoro del Español Rural, un gigantesco repertorio que documenta nuestra riqueza lingüística.
La Semana Santa es un período de viajes. Algunos aprovechan para realizar una escapada breve a un sitio especial. Sin embargo, hay quienes prefieren volver al pueblo o a sus lugares de origen. Y es concretamente en los pueblos, donde se escuchan, sienten y viven experiencias y sonidos únicos. Y es que en las conversaciones de los pequeños municipios resuenan expresiones en riesgo de extinción.
Dos profesoras de lingüística y una filóloga han recorrido España con el objetivo de alimentar un archivo que documenta la riqueza del castellano y, al mismo tiempo, registrar las particularidades del habla de los pueblos y preservar la riqueza de la diversidad lingüística. Así nace el libro mencionado. Ana Estrada, profesora de Lingüística en la Universidad Complutense de Madrid y la filóloga Beatriz Martín son dos de sus editoras. Ambas estuvieron en el programa La Ventana, de Cadena Ser, para compartir las conclusiones obtenidas en este proyecto.
“Lingüísticamente todo está igual de bien que cualquier otra cosa”
Uno de los mitos que hay alrededor de la forma de los pueblos es que en ellos se habla peor. “Se habla distinto, eso no quiere decir que sea mejor o peor que en las ciudades”, expresó la filóloga. En este sentido, Beatriz Martín ha mencionó que el prestigio que tiene la forma de hablar de las ciudades se explica a partir de razones sociales y políticas. “Lingüísticamente todo está igual de bien que cualquier otra cosa”, aseveró.
“Entendemos que son las que menos se han movido a otras zonas”
“Nuestro objetivo es documentar lo más fielmente posible el habla de cada lugar”, han asegurado. Por ello, las editoras han prestado especial atención a las personas mayores de los pueblos. “Entendemos que son las que menos se han movido a otras zonas. También han tenido un acceso más limitado a los estudios”, han explicado. Al mismo tiempo, han tratado de entrevistar tanto a hombres como a mujeres. “Lo que hacemos es preguntarles por cosas que sabemos que ellos saben y nosotros no”, comentó Beatriz.
Por otra parte, destacó la exactitud de los términos utilizados en las zonas rurales. “Hay veces que no se entiende lo que dicen porque es un utensilio que utilizaba un zapatero, y ese oficio no lo conocemos”, admitió Estrada. En el caso de las ciudades, estas palabras ya han sido sustituidas por otras más generales, o incluso por anglicismos. Ahora, las editoras son claras “no hay tantísima diferencia en ese sentido”, sentenciaron.
El uso del asín, del se, o las diferentes formas de construir las oraciones, son algunos de los aspectos estudiados en esta investigación. “Hay tendencias en las lenguas y una tendencia puede ser perfectamente la de simplificar esos eflexivos”, explicó la lingüista. Beatriz Martín prestó especial atención al tema de los diminutivos. “Podemos ver una distribución geográfica del uso de cada diminutivo”, ha mencionado. De este modo, cada región de España hace un uso particular de las distintas tendencias lingüísticas.