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Sólo el mandarín supera el
español

25/04/2010

Mercedes Hervás, HoyLa pujanza económica china ha desatado en Estados Unidos un auténtico frenesí por el estudio del mandarín, lengua oficial del gigante chino, que está desbancando a marchas forzadas a otros idiomas en las aulas de toda la nación. Sólo el español resiste el embate del chino y se ha consolidado como la lengua extranjera que más se enseña a este lado del Atlántico, al tiempo que crece el interés por su aprendizaje en todo el mundo.«Estamos potenciando el valor económico del español», afirma el catedrático y escritor Eduardo Lago, director del Instituto Cervantes en Nueva York, cuyas clases están desbordadas por la afluencia de estudiantes. «Si mañana abriésemos cuarenta institutos más en EE UU, al día siguiente estarían funcionando a todo trapo», añade al explicar la enorme demanda actual por el aprendizaje del español.No ocurre lo mismo con otras lenguas europeas de prestigio, como el francés, el alemán o el ruso, que han sufrido un notable bajón en los centros educativos estadounidenses, ante el creciente interés por aprender chino. Otro tanto está sucediendo con el japonés, una lengua que se puso de moda hace tres décadas por la potencia económica nipona, arrinconado por el chino, como confirma un reciente estudio del Center for Applied Linguistics de Washington, financiado por el gobierno federal.«La enseñanza del español, la más común de las lenguas extranjeras, aumentó significativamente en las escuelas primarias entre 1997 y 2008; el porcentaje de estos centros con programas de castellano pasó del 79% al 88%», dice el estudio. En el mismo periodo, «en los institutos de enseñanza media la proporción de centros que enseñan español se mantuvo estable en un 93%».CambiosEstas cifras suponen que la enseñanza de la lengua de Cervantes es casi universal en Estados Unidos, una posición envidiable si se compara con otras lenguas. «Las clases de francés, alemán, japonés y ruso declinaron tanto en los centros de primaria como de secundaria», añade el estudio, tras evaluar la tendencia en la enseñanza de idiomas extranjeros en 27.500 centros docentes repartidos por toda la geografía estadounidense.El francés en particular ha sufrido un importante retroceso, pues las escuelas primarias que lo enseñaban pasaron del 27% al 11%, mientras sólo un 46% de los institutos de enseñanza media ofrecen ahora programas de francés, frente al 64% de hace una década.«El español va a cambiar la cara de EE UU», sostiene Eduardo Lago, tras describir la «progresión geométrica» del avance del castellano en este país, donde un 20% de la población tiene ya una conexión muy íntima y viva con la hispanidad. «En los últimos años el español ha desplazado a las demás lenguas en los ámbitos educativos en todos los niveles, desde la enseñanza secundaria hasta la universitaria», continúa el director del Cervantes, un centro que no sólo ofrece a los neoyorquinos clases de español sino que también funciona como foco de expansión de la cultura hispana. «Los estadounidenses —continúa— necesitan este idioma para comunicarse con inmensas cantidades de la población en ámbitos como el penal, el jurídico, el médico, el comercial o el laboral, pues hay mucha gente de origen hispano que no habla inglés».En este panorama de sólido arraigamiento del español en EE UU «lo único que ha cambiado de manera muy singular es la insurgencia del chino, en base a una política expansionista muy agresiva y a la realidad de que en Estados Unidos, como en el resto del mundo, la presencia de la inmigración china es muy importante», dice el escritor, que lleva 23 años afincado en la ciudad de los rascacielos.ExpansiónEl estudio del Center for Applied Linguistics confirma esta apreciación al señalar que 1.600 escuelas primarias y secundarias estadounidenses ofrecen ya clases de chino, frente a las 300 que lo hacían hace solo una década. Tan fulgurante ascensión se debe en buena parte al envío de profesores a EE UU subvencionados por el gobierno chino, que posibilita la enseñanza de esta lengua incluso en centros con presupuestos limitados.Aun así, el chino está muy lejos de hacerle sombra al español en la primera potencia mundial, donde además la lengua de Cervantes tiene «un futuro muy pujante», afirma Lago. «EE UU se convertirá en este siglo en el país con mayor numero de hispanohablantes, más incluso que México», donde hoy en día 106 millones de personas emplean esta lengua.«Cuando esta realidad se pone en contexto con la fortaleza económica de este país y la tendencia a la globalización da mucho que pensar e indica un futuro que se va construyendo minuto a minuto, día a día». Para el director del Cervantes «lo hispánico va a cambiar la cara de Estados Unidos», una nación que ya se puede considerar bilingüe y bicultural en amplias franjas de su territorio y donde el avance del español es patente. «Basta simplemente mirar a la calle para constatarlo —asegura Lago—. Televisiones en español, prensa en español, Internet en español, el nombramiento de jueza Sonia Sotomayor, hija de inmigrantes puertorriqueños, para el Tribunal Supremo, los consejeros hispanos del presidente Obama... La presencia hispana es cada vez más fuerte».En el Cervantes de Nueva York —el de mayor peso cultural entre los 72 centros de la red internacional del Instituto, por ser la ciudad de los rascacielos la capital mundial de la cultura— se apuesta por enseñar un español «con garantías de verdadera calidad mas que por la cantidad, aunque pronto tendremos que alquilar algún lugar adicional, ante la gran afluencia de alumnos».Esta tendencia a estudiar cada vez más español no es privativa de Nueva York. «En San Francisco están pidiendo a gritos un Cervantes y lo mismo pasa en Los Angeles; también debería haber uno en Washington e incluso en Miami habría que abrir otro», sostiene el responsable de la sede neoyorquina.«Hay un interés desbordante por el aprendizaje de la lengua española en todo el mundo», coincide el filólogo Fernando Tabernero, profesor de español y copropietario de la librería Contraportada en Burdeos (Francia), especializada en literatura hispana y programas didácticos de castellano. Esta mayor demanda de clases y métodos de enseñanza de la lengua cervantina «responde muchas veces a la repercusión económica que su aprendizaje puede tener».