Radicales islámicos
¿terroristas o mártires?
Luís Foix, La VanguardiaAlejandría es una ciudad idónea para discutir sobre cultura, civilizaciones, choques y alianzas, sobre el paso de los siglos y el auge y declive de los pueblos. Medio centenar de periodistas británicos, norteamericanos, irlandeses, italianos, serbios, indonesios, paquistaníes, jordanos, libaneses, israelíes, sirios, egipcios y otros países de mayoría musulmana hemos intentado racionalizar el choque entre Oriente y Occidente a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001.Las intervenciones han sido muy correctas, respetuosas y clarificadoras. La sesión sobre el significado de las palabras ha sido la más interesante. Hablamos todos de los mismos hechos pero no utilizamos las mismas palabras. Ha flotado sobre el ambiente un cierto nacionalismo lingüístico.Lo que para los occidentales es terrorista aquel que se inmola matando a inocentes persiguiendo un objetivo político, para el lenguaje de muchos musulmanes hay que matizar un poco más. Depende, dicen algunos. Habría que hablar de mártires, para la jerga de los radicales. No nos hemos puesto de acuerdo ni siquiera cómo hay que designar la pared entre los territorios ocupados e Israel. Un muro, una valla, una barrera, una pared de seguridad son posibles denominaciones que han surgido. Los egipcios describen como una «construcción» la pared subterránea para neutralizar el tráfico de personas y mercancías en la frontera con Gaza.Los nombres importan. Occidente engloba a Europa y Estados Unidos para los medios de países musulmanes. Para nosotros no sabemos exactamente distinguir entre un árabe, un musulmán o un islámico. Recurrimos a las calificaciones de radicales y moderados. Un acto terrorista de procedencia islámica es el recurso más fácil.¿Qué diferencia hay entre un suicida que mata a otros, un mártir o un resistente? Largas discusiones para llegar a un cierto consenso. Las sesiones se han celebrado con nuestros ordenadores personales. Los bloggers han sido el gran tema. Son muy activos en Egipto y en Pakistán. También en Indonesia.Pero los gobiernos controlan cada vez más las opiniones de los «ciudadanos periodistas». En Alejandría un autor de blog fue condenado a tres años de cárcel por haber insultado al Islam y otro año por haber discrepado del presidente Mubarak. En Siria no perciben ni siquiera el concepto de blogger. Simplemente no han llegado todavía a Damasco. La diferencia está en las palabras. Pero también en los conceptos. El problema es el uso de la libertad, limitada y condicionada si se quiere, que en los países musulmanes es de una gran precariedad. La Alianza de Civilizaciones es una gran idea. Pero su implementación es del todo prematura.