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Portunhol: el reflejo de nuestras identidades híbridas

07/06/2021
Mohammed ElHajji *

Ciudades gemelas de Santana do Livramento (Brasil) y Rivera (Uruguay) / Javier Calvelo

Lengua fronteriza, el portunhol es tanto un medio de hibridación de culturas e identidades, como de integración social y económica. Su herencia milenaria y su potencial vanguardista hacen del portunhol un fiel reflejo de nuestro lugar en el mundo. En el tiempo y en el espacio.

Se puede definir el portunhol como una mezcla informal de elementos lingüísticos del portugués y el español. Una composición que proporciona un entorno comunicativo amplio y maleable, no un marco unificado, dotado de normas claras y definitivas. Una lengua viva y en constante cambio, sus hablantes alternan registros léxicos y reglas sintácticas en función del contexto social vivido y del contenido a transmitir o debatir.

Estrictamente hablando, no existe un "portunhol" singular y estandarizado, sino más bien, en una pluralidad de "portunholes", diversos, regionales, contextuales y circunstanciales. La pronunciación, las expresiones, las metáforas y otras figuras de la lengua pueden cambiar considerablemente dependiendo del origen nacional, étnico y regional de los interlocutores, su conocimiento relativo de las dos lenguas originales y la frecuencia de su práctica del habla híbrida.

Un código común

Una lengua es un sistema de signos lingüísticos que permite representar la realidad y codificar –o decodificar– los datos informativos de esa misma realidad. Su finalidad principal es el intercambio de información, a través de señales gráficas o vocales, entre individuos de un mismo grupo humano en un determinado contexto social e histórico. Es decir, no hay manera de describir el mundo que nos rodea y comunicar sus características, de una manera comprensible, sin el uso de un código lingüístico común.

El lenguaje, sin embargo, no se limita a transmitir información de manera neutral, automática o impersonal. Un lenguaje contiene y refleja la cosmovisión, las expectativas y los temores de las personas que lo utilizan. Expresiones metafóricas como "la cosa está negra" para demostrar pesimismo o "esto es cosa de la India" para describir algo desordenado, por ejemplo, ofrecen pistas simbólicas de origen cultural y psicológico de las bases eurocéntricas y racistas del discurso social que gobiernala mente colonial brasilera.

Además, cada lengua se adapta y cambia según el entorno natural, social, cultural y político en el que surge y se desarrolla. La lengua tiene una historia y un origen que testimonian las transformaciones morfológicas y sintácticas que experimenta. Español y portugués, por ejemplo, compartieron raíces comunes durante miles de años antes de bifurcarse hace unos siglos en dos linajes diferentes pero todavía muy cercanos.

Lenguas y culturas

Actualmente se hablan alrededor de 7.000 lenguas en el mundo: sólo 230 en Europa, frente a más de 2.000 en África, también más de 2.000 en Asia y más de 1.300 en Oceanía. Más de mil  idiomas se hablan en las Américas; eran 1.700 en la década de 1950. Se trata de todas las lenguas habladas, no necesariamente escritas o reconocidas como lenguas oficiales.

En las Américas, la mayoría absoluta de estas lenguas pertenecen a pueblos indígenas, frente a cinco lenguas europeas (español, inglés, portugués, francés y holandés) y una docena de criollos.

Los 440 millones de habitantes de América del Sur se dividen, en partes casi iguales, entre portugueses (en Brasil) y españoles (en otros países). Esto no significa que las áreas de influencia y uso de cada una de las dos lenguas estén delimitadas de acuerdo con las monedas administrativas y su esquema en los mapas escolares.

Al contrario: cuando se trata de prácticas culturales, como el lenguaje, las fronteras no sólo son más porosas de lo que uno podría imaginar, sino que demuestran todo su potencial para transmitir subjetividades, imaginarios y cosmovisiones. Un ecosistema social, cultural y económico que solo podía favorecer el mestizaje de las lenguas habladas y la consolidación de la práctica cotidiana del portunhol.

Recordemos que las fronteras terrestres de Brasil tienen casi 17.000 km de largo, de modo que lo conectan con todos los países de América del Sur, excepto Ecuador y Chile. De los 5.565 municipios que conforman el territorio brasilero, 588 (más del 10%) son fronterizos y 33 están clasificados como ciudades gemelas. Es decir, son municipios atravesados por una o más líneas fronterizas, donde generalmente se puede observar una fuerte movilidad humana, intercambios y dinámicas integradoras.

En términos de población, este espacio transfronterizo totaliza más de dos millones de personas, solo del lado brasilero. Si sumamos esta cantidad a la población del otro lado de las fronteras, junto con los flujos de mercado, turísticos, migratorios y estudiantiles, quizás el conjunto de hablantes de portunhol en la región se acerque a los tres millones.

El lenguaje que reaproxima

Desde una perspectiva lingüística, el portunhol puede constituir una "interlengua" (una etapa intermedia en el proceso de aprendizaje de una nueva lengua), un dialecto (como es el caso de la variante riverense resultante de la antigua presencia luso-brasilera en territorio uruguayo) o, además, una simple "lengua de contacto" diseñada para remediar la falta de dominio de la misma lengua por parte de ambos interlocutores.

Portunhol, en este sentido, no es único ni inaudito en el paisaje lingüístico mundial. El contacto entre diferentes lenguas, su influencia mutua y el surgimiento de una configuración que permite la intercomprensión de pueblos que comparten el mismo espacio social parece haber sido recurrente en el pasado lejano y cercano de la humanidad y lo sigue siendo hasta el día de hoy. Swahili  o maltés, por ejemplo, son una ilustración histórica de la formación de nuevas lenguas de diferentes orígenes. El spanglish norteamericano y el llanito, su equivalente europeo hablado en Gibraltar, son competidores contemporáneos de nuestro portunhol regional.

La gran diferencia, sin embargo, es que a diferencia de los ejemplos mencionados anteriormente, el portunhol se origina en dos lenguas “hermanas”, que se originan en la misma rama lingüística y comparten un largo pasado común. De hecho, si el espanglish puede considerarse como una lengua inaudita y original, la forma lingüística del portunhol existe desde hace mucho tiempo y todavía se puede ver hoy en día y la vivacidad del gallego.

Es decir, al tiempo que expresa la realidad presente de nuestra región y señala su futuro social, cultural y económico, portunhol no deja de reiterar las raíces lingüísticas comunes de las poblaciones sudamericanas. Así, el portunhol no solo acerca a los pueblos de la región, sino que también los vuelve a unir en torno a un arquetipo lingüístico que les sorprende por su capacidad para reinventarse.

Esperamos que a medida que avance la integración económica, social y cultural de nuestra región, el portunhol se fortalezca. Y viceversa.

* Mohammed ElHajji es Profesor titular da Universidad Federal de Río de Janeiro. Miembro de los programas de posgraduación en Comunicación y en Psicología Social. Profesor y coordinador local del máster Erasmus Mundus em Migraciones Trasnacionais. Especialista em Migraciones Trasnacionais y Comunicación Intercultural.