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Molière: cuatrocientos años como maestro de la escena francesa

12/01/2022

El genio de la comedia francesa

No conocemos el origen de su nombre artístico ―que hace referencia a una carrera― ni su fecha exacta de nacimiento (solo disponemos de una partida de bautismo fechada el 15 de enero de 1622, descubierta dos siglos después, en 1820).

Como hijo mayor, iba a heredar de su padre una vida cómoda como tapicero jefe y criado del rey, pero lo abandonó todo para convertirse en actor.

Esto causó muchos conflictos a su padre: se vio obligado a pagar la libertad de su hijo, encarcelado después de que su primera compañía, el Illustre Théâtre, fuera a la ruina.

Molière huyó de París a los 23 años, y pasó los siguientes trece años con una tropa itinerante.

A pesar del mito, no murió del todo en el escenario, sino poco después de una representación ―como el hipocondríaco Argán, nada menos― en su casa de la calle Richelieu, el 17 de febrero de 1673.

La compañía teatral más antigua del mundo

La Comédie-Française fue creada por Luis XIV en 1680, siete años después de la muerte de Molière, mediante la fusión de su compañía con otra. Es la compañía de teatro más antigua del mundo; se la conoce como La Maison de Molière, y representa sus obras todos los años desde su creación.

Establecida desde 1799 en la calle de Richelieu, cerca del Louvre, emplea actualmente a cuatrocientas personas, entre ellas sesenta actores, y cuenta con un departamento de vestuario de 50.000 piezas.

Personajes memorables

Quizá el más conocido sea Tartufo, tomado de la obra del mismo nombre: un ladrón que se disfraza de sacerdote para convencer a un aristócrata ingenuo y rico de que le entregue su fortuna y la mano de su hija, mientras corre detrás de su esposa.

Aunque el propio Molière no era especialmente antirreligioso, “Tartufo” escandalizó a la Iglesia católica y se convirtió en un texto clave en el movimiento anticlerical de los siglos siguientes.

Gérard Dépardieu en el papel de Harpagón

Entre los otros personajes clave, el obsesionado por el dinero Harpagón, de El avaro, que exhorta a sus criados a "no fregar demasiado los muebles por miedo a desgastarlos".

Otro personaje eterno que Molière utilizó para satirizar a los charlatanes médicos que se aprovechaban del miedo de la gente a la muerte fue el hipocondríaco Argan de El enfermo imaginario.