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Misterioso lenguaje antiguo revelado en una mano de bronce la Edad de Hierro

22/02/2024
Aristos Georgiou

Monte Irulegi y el Valle de Aranguren en Navarra, España, donde se ubican las ruinas de la Edad del Hierro que albergaban la mano de bronce.

Una mano de bronce de hace 2.100 años ha revelado evidencia rara de una misteriosa lengua antigua, y los investigadores han determinado que la inscripción es el ejemplo más antiguo y largo de vascónico hasta la fecha.

Un equipo de investigadores analizó el artefacto, encontrado en el sitio de un castro de la Edad del Hierro conocido como Irulegi en Navarra, al norte de España, para un estudio recientemente publicado en la revista Antiquity, y también sugirió que las palabras escritas en él podrían estar relacionadas con la modernidad.

El vascónico fue hablado por un pueblo prerromano conocido como los vascones, que una vez habitaron los Pirineos occidentales en un área que corresponde principalmente con la actual Navarra, así como partes de las regiones españolas de La Rioja y Aragón. Y como uno de los pocos ejemplos conocidos de ello, la inscripción ofrece información fascinante sobre una de las lenguas antiguas menos comprendidas de Europa.

Mano de bronce encontrada en las ruinas de Irulegi, en Navarra.

El artefacto, que data de hace unos 2.100 años, presenta una inscripción en una rara lengua antigua, según ha descubierto un estudio.

El monte de Irulegi está situado en la cima del pico del mismo nombre en las estribaciones de los Pirineos, una cadena montañosa que se extiende a ambos lados de la frontera de Francia y España.

“Su larga secuencia de ocupación y su excelente estado de conservación lo convierten en uno de los asentamientos fortificados más importantes del Pirineo occidental”, escribieron los autores del estudio.

Sin embargo, las estribaciones de Navarra han recibido poca atención arqueológica hasta la fecha y las sociedades de la Edad del Hierro de esta zona siguen siendo poco conocidas.

“En particular, más allá de los conocimientos de la literatura del período romano, se sabe muy poco sobre el idioma, la escritura, la identidad y las creencias de estas comunidades vascónicas prerromanas”, agregaron los investigadores.

El hecho de que se hayan recuperado relativamente pocos ejemplares de escritura prerromana en los territorios que una vez habitaron los vascones ha llevado a suponer que este grupo era una sociedad preliteraria. Sin embargo, los resultados de este último estudio contribuyen a cuestionar este punto de vista y respaldan la idea cada vez más extendida de que los antiguos vascones conocían y utilizaban la escritura, al menos hasta cierto punto.

Los lingüistas consideran que el euskera es una lengua aislada, es decir, que no tiene vínculos directos con ninguna otra familia lingüística conocida. De hecho, es el último descendiente de las lenguas paleoeuropeas. Éstas son anteriores a las lenguas indoeuropeas traídas al continente por los emigrantes de la estepa euroasiática durante la Edad de Bronce, que hoy dominan la región.

A lo largo de los siglos se han propuesto varias hipótesis para explicar el origen del euskera, pero no se ha establecido definitivamente ningún vínculo con otras lenguas. Quizá la única idea plausible que se ha propuesto hasta la fecha relaciona el euskera con la lengua de Aquitania, hablada en el suroeste de Francia.

Aunque se necesitará mucha más investigación para relacionar la escritura de la mano de bronce con el euskera, la inscripción proporciona pruebas tentadoras de un posible vínculo.

Los investigadores sugieren que la primera palabra podría escribirse en alfabeto latino como “sorioneku” o “sorioneke”, palabras ambas que se asemejan a la palabra vasca “zorioneko”, que significa “de buena fortuna”.

Un mapa muestra la ubicación del asentamiento Irulegi de la Edad del Hierro en el Valle de Aranguren, en el norte de España. La mano de bronce fue encontrada en el lugar del castro, que se encuentra en la cima de una montaña en los Pirineos occidentales.

"El descubrimiento de la Mano de Irulegi ha abierto un nuevo horizonte para desentrañar la historia de la lengua más enigmática de las que aún perviven en Europa: el euskera", declaró en un comunicado de prensa Mikel Edeso Egia, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, una organización sin ánimo de lucro con sede en el País Vasco que coordinó el equipo de investigación. "El desenterramiento de este objeto excepcional ha supuesto importantes avances en el mundo arqueológico y lingüístico. Pero también ha abierto muchos nuevos interrogantes".
La similitud con la palabra vasca para la buena fortuna también encaja con la ubicación del descubrimiento del artefacto -en 2021, con la escritura descubierta al año siguiente- en la entrada de un edificio doméstico en el centro del castro. En combinación con la inscripción, esto indica que la mano de bronce era un objeto importante para los residentes del asentamiento.

Los investigadores sugieren que pudo haber sido colgada en la entrada de una propiedad como amuleto de buena suerte o como dedicatoria a una deidad prerromana.

“La mano Irulegi debe considerarse como un elemento bien integrado en el contexto cultural del asentamiento”, afirmó el autor principal del estudio, Mattin Aiestaran, de la Universidad del País Vasco. “La mano habría tenido una función ritual, ya sea para atraer la buena suerte o como ofrenda a un dios o diosa indígena de la fortuna”.

Aiestaran añadió que la falta de textos comparativos dificulta, en la actualidad, demostrar un vínculo directo entre la lengua vascónica hablada en Irulegi y el euskera actual.

Pero la inscripción en la mano sugiere que otras lenguas estrechamente relacionadas pueden haber persistido, al menos hasta que los romanos llegaron a la región, según los investigadores.