Los rasgos en el habla identificados por científicos como un claro indicio de deterioro cognitivo

Conversar mientras surgen lagunas momentáneas en la memoria del habla forma parte del día a día de millones personas. Según detalla el estudio Componentes cognitivos del aumento de la dificultad para encontrar palabras relacionado con el envejecimiento publicado en la revista Aging, Neuropsychology, and Cognition, esos lapsos breves donde una palabra se escapa y obliga a una pausa pueden ser más significativos de lo que aparentan: las dificultades para encontrar palabras, conocidas en la literatura científica como WFD (por sus siglas en inglés), a menudo aparecen mucho antes de otras señales visibles de envejecimiento.
Estos episodios, lejos de ser simplemente molestias pasajeras, pueden servir de indicadores tempranos de alteraciones en las redes de memoria del cerebro, permitiendo a los médicos detectar problemas potenciales años antes de que se manifiesten otros síntomas de deterioro cognitivo. La dificultad para encontrar palabras no discrimina situaciones; se presenta tanto en ambientes domésticos, como los supermercados y reuniones familiares, como en condiciones de laboratorio donde se pone a prueba el lenguaje.
El informe detalla que los primeros estudios realizados por la Universidad de Toronto y Baycrest Health Sciences vincularon este fenómeno con los mismos circuitos neuronales que muestran alteraciones tempranas en la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, los expertos remarcan un matiz importante: mientras que lapsus ocasionales en el habla podrían ser intrascendentes, una disminución sostenida en la velocidad verbal parece guardar una relación más estrecha con la salud cognitiva general.
Más allá del ámbito clínico, la investigación relaciona la fluidez verbal con la expectativa de vida. Adultos que mantienen un discurso ágil tienden a vivir más años en comparación con aquellos en los que el habla se torna vacilante. Debido a la complejidad inherente a la conversación diaria, los científicos suelen abordar el estudio de la dificultad para encontrar palabras descomponiendo los procesos lingüísticos en partes más manejables.
Tres hipótesis ante el vacío
Manifestaciones de esta condición incluyen pausas espontáneas, como “mmm” o “eh”, y situaciones de “punta de la lengua”, donde el significado está presente pero el acceso al término correcto resulta esquivo. Para explicar el origen de estas dificultades, el medio describió tres principales teorías. La primera, la teoría de la velocidad de procesamiento, compara el cerebro que envejece con una computadora que responde con mayor lentitud, retrasando la recuperación de la información verbal. La segunda, la hipótesis del déficit de inhibición, sugiere que las personas adultas mayores encuentran mayores obstáculos para filtrar pensamientos irrelevantes, lo que obstaculiza la habilidad para seleccionar la palabra adecuada entre múltiples opciones mentales. Sin embargo, estudios recientes han puesto en entredicho el peso de esta causa, ya que las conversaciones reales no suelen mostrar una abundancia de errores de selección.
La tercera teoría, la hipótesis del déficit de transmisión, se centra en la estructura misma del lenguaje, conceptualizándola como una red con varias capas: concepto, forma léxica y sonido. Según esta idea, el envejecimiento afloja el vínculo entre la forma de la palabra y su sonido, de modo que el concepto está disponible, pero verbalizarlo se complica. Este debilitamiento dificulta especialmente la producción oral porque escuchar o leer dependen de rutas cognitivas más robustas.