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Lingüistas corroboran en Granada fortaleza del español

12/09/2008

Granada DigitalSeñalan que la superación de dos mitos ha contribuido a esa fuerza: la idea de que existieran una buena y una mala norma de español y el temor a la fragmentación de nuestra lengua en múltiples idiomas.Expertos en lengua española de universidades y centros de investigación de nuestro país participan en Granada en el curso “Universidad y diversidad del español”, organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada.Los especialistas abordan en profundidad algunas de las cuestiones que afectan al conocimiento del español hablado en todos los países hispánicos y al futuro de la lengua común.En cuanto a las razones de la fortaleza del español, destacan algunos elementos que vienen a sumarse a los ya conocidos, que aluden a su extensión geográfica y de número de hablantes o a su potencial socioeconómico. El Prof. Gonzalo Águila Escobar (UGR), por ejemplo, apunta al acierto que ha supuesto que la Real Academia de la Lengua Española abandonara posiciones sostenidas hasta la década de los 80, cuando aún se pensaba que era posible controlar el idioma o se creía que habría una forma correcta y otra incorrecta de hablar el español. “La RAE decidió no vivir de espaldas a los hablantes -apunta-. Actualmente lo que hace es recomendar, en ningún modo se trata ya de imponer, y más importante aún, colabora en términos de igualdad con las Academia homólogas de los estados hispanoparlantes y con los medios de comunicación, como sucede con EFE, por ejemplo”.Los tiempos han cambiado, señala la Dra. Pilar García Mouton (Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del CSIC) “hoy se reconocen las investigaciones sobre el español en su ‘estado natural’, contra una idea de norma, y la realidad lingüística es siempre dialectal. Lo que necesitamos es conocer esa realidad a través de estudios rigurosos que no busquen tanto arcaísmos y cosas extrañas en el habla de las gentes, como la lengua real de uso común”.Águila Escobar y García Mouton destacan la utilidad que están teniendo los atlas lingüísticos, que muestran bien la evolución de la lengua en un marco general (el español) y en zonas cada vez más reducidas, en donde la lingüística y la etnografía permiten interpretar la lengua en el espacio, así como la historia del idioma hablado por la población de zonas muy diversas, su evolución, la influencia de las migraciones, la tendencia a la nivelación, etc.García Mouton utiliza el concepto “nivelación”, que define bien lo que estaría sucediendo, a juicio de los lingüistas, con la lengua española: la influencia creciente de los medios y vías de comunicación (periódicos y medios audiovisuales, pero también carreteras o aeropuertos) acaban con el aislamiento tienden a nivelar tanto la fonética, como el vocabulario o el uso de la gramática. “El habla de cada región demuestra la existencia de multitud de variedades del español. La nivelación se produce a causa de la existencia de medios que hacen que se vayan perdiendo algunas peculiaridades”.Ahora bien, si la tendencia es hacia la nivelación, no hay que olvidar que perviven multitud de dialectos, “la realidad es dialectal” –dice Mouton-, dentro de las dos grandes normas en que podría dividirse el mundo de la lengua española: la “conservadora”, en el centro y norte de Península Ibérica, y la “atlántica” (también llamada “sevillana”) en el resto de España y en América.Rompen los lingüistas, en este sentido, no sólo con la falsa idea de que existan un buen y un mal español, del norte y del sur, sino con el origen mismo de esta división; no es cierto que el español que se habla en Andalucía o Canarias, y que pasó a América, derivara de la norma conservadora (centro y norte de España: “El sistema medieval castellano evolucionó de dos maneras diferentes, los sonidos -s y -z en el norte y -s en el sur (el seseo). Si bien a América emigraron gentes de toda España, el sistema fonético tendió a una nivelación, y en América se niveló de acuerdo con la norma del sur, “sevillana” o “atlántica”.