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Lengua mapuche: el misterio de su origen y otras singularidades del mapudungún

19/09/2021

El mapudungún: un idioma de origen desconocido

El idioma hablado por entre 100.000 y 250.000 mapuches de Chile y Argentina se considera aislado, es decir, que no forma parte de una familia lingüística, lo que dificulta descubrir de dónde viene su compleja gramática.

¡Mari mari, peñi! ¡Mari mari, lamngen!

¿Sabes qué quiere decir lo que acabas de leer?

Te daré una pista: es la forma en que se saludan los mapuches, el pueblo originario que reside principalmente en el sur de Chile, en la región de la Araucanía, y en menor proporción en Argentina, en las provincias de Chubut, Neuquén y Río Negro.

¡Hola, hermano! y ¡hola, hermana! es el significado textual de ambas frases, escritas en la lengua de esta comunidad indígena, llamada mapudungún (o mapuzungún).

A pesar de que este idioma ha ido perdiendo su vitalidad con el tiempo (al igual que la gran mayoría de las lenguas indígenas sudamericanas), en los últimos cinco años el interés por aprenderla ha aumentado.

Expertos, incluso, hablan de un “boom” de las escuelas y profesores que se dedican a enseñar su gramática, con nuevos talleres en importantes centros de estudio como la Universidad de Buenos Aires (UBA) o la Universidad de Chile.

Pero ¿cuál es el origen del idioma, cuánta gente lo habla realmente y cuáles son algunas de sus particularidades? En BBC Mundo te respondemos estas y otras preguntas.

1. ¿Cuál es su origen?

Académicos y lingüistas llevan cientos de años intentando responder la misma pregunta: ¿de dónde viene realmente el mapudungún?

La respuesta aún no está clara.

Esto se explica en parte porque se le considera una lengua “aislada” o “no clasificada”. Es decir, que no forma parte de una familia lingüística ni tiene vínculos con ninguna otra lengua viva (como sí lo tiene, por ejemplo, el español, procedente del latín y parte de las lenguas romances).

Al ser “aislada” es más difícil descubrir de dónde vienen sus palabras, su estructura o su gramática.

“Ha habido muchos intentos de mostrar alguna conexión con otras lenguas. Pero ninguno ha sido aceptado de manera mayoritaria”, le explica a BBC Mundo el académico y especialista en lenguas indígenas de América, Fernando Zúñiga.

“Quizás el mejor intento lo hizo un argentino en 2018, Antonio Díaz-Fernández. Él dice que podría haber una conexión con las lenguas arahuacas, una familia grande del norte y centro América. Pero si esa conexión es real, es bastante distante, no es que sea como el castellano y el portugués. Los especialistas no se han entusiasmado mucho con esa teoría”, agrega.

Por lo mismo, también es complejo saber hace cuántos años se habla.

La primera vez que se registró fue en 1606 cuando el sacerdote Luis de Valdivia creó el primer vocabulario mapuche con un afán evangelizador.

“No podemos fechar el mapudungún porque no tenemos información antes de 1606. Y 1606 está demasiado cerca en el tiempo”, dice Zúñiga.

“Ha habido muchos intentos de mostrar alguna conexión con otras lenguas. Pero ninguno ha sido aceptado de manera mayoritaria”, le explica a BBC Mundo el académico y especialista en lenguas indígenas de América, Fernando Zúñiga.

“Quizás el mejor intento lo hizo un argentino en 2018, Antonio Díaz-Fernández. Él dice que podría haber una conexión con las lenguas arahuacas, una familia grande del norte y centro América. Pero si esa conexión es real, es bastante distante, no es que sea como el castellano y el portugués. Los especialistas no se han entusiasmado mucho con esa teoría”, agrega.

Por lo mismo, también es complejo saber hace cuántos años se habla.

La primera vez que se registró fue en 1606 cuando el sacerdote Luis de Valdivia creó el primer vocabulario mapuche con un afán evangelizador.

“No podemos fechar el mapudungún porque no tenemos información antes de 1606. Y 1606 está demasiado cerca en el tiempo”, dice Zúñiga.

“Tratar de datar el nacimiento de esta lengua sería arbitrario”, añade.

Lo que sí está claro es que cuando los españoles llegaron a esta zona de Sudamérica, la lengua dominante era el mapudungún y se hablaba desde el norte al sur de Chile, desde el río Choapa (región de Coquimbo) hasta la isla de Chiloé.

2. ¿Cuánta gente lo habla?

Aunque es difícil cuantificar de forma exacta cuánta gente habla este idioma, según un estudio liderado por Fernando Zúñiga y ampliamente citado por los académicos, la cifra está entre las 100 mil y las 250 mil personas.

“100 mil son los que manejan muy bien el idioma, que generalmente viven en contextos rurales y son de edad. Y el resto lo habla más o menos”, explica Zúñiga.

Esto la hace ser una lengua relativamente “mediana” dentro del contexto americano, donde las grandes (como el guaraní paraguayo, el aymara o el quechua) tienen entreuno y cinco millones de hablantes, y las pequeñas que no superan los mil.

Aunque el mapudungún no se encuentra en estado “terminal”, la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha asegurado que está en situación de “resistencia” debido a la falta de políticas lingüísticas que favorezcan su desarrollo.

Y es que ni siquiera todos los mapuches lo hablan.

Con una población estimada en 1 millón 700 mil mapuches en Chile (según cifras del censo de 2017), y 105.000 en Argentina (de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), sólo el 10% de ellos maneja el idioma de forma correcta y apenas otro 10% lo entiende, según la ONU.

Y solo dos provincias reconocen este idioma como oficial (además del español): Galvarino y Padre de las Casas, ambas ubicadas en el sur de Chile, en la región de La Araucanía, donde hay una fuerte presencia mapuche.

“Cuando la cultura hispana se impuso, relegó a todas las lenguas indígenas a un lugar de precariedad. La gente, para poder tener acceso al trabajo, a los servicios y educación, necesitaba el castellano y no la lengua indígena. Y todo eso conspiró para la mantención de la lengua”, explica Zúñiga.

El académico no es muy entusiasta respecto al “boom” de interés que ha surgido en estos últimos años.

“Esta especie de renacimiento de la lengua llega tarde. Esta es una carrera contra el tiempo porque todo conspira en contra de la lengua indígena”, dice.

Sin embargo, el mapuche y profesor de mapudungún, Patricio Bello Huenchumán, tiene otra mirada.

“Hace 20 años los jóvenes no tenían interés. Y hoy pasa lo contrario: son los jóvenes los que quieren aprender y enseñarle a sus hijos”, dice a BBC Mundo.

“Es una lengua viva que hoy está en Internet, hay música contemporánea en mapudungún e incluso memes, y cada vez más”, agrega.

Bello Huenchumán aprendió la lengua de su familia materna a los 8 años y hoy se dedica a enseñarla a través de una institución llamada Adkintuwe, que tiene más de mil seguidores en Facebook.

3. ¿Qué heredó el español del mapudungún?

Los chilenos y argentinos han heredado varias palabras del mapudungún en su vocabulario. A continuación, te presentamos algunas de ellas:

  • Cahuín: si bien en la comunidad mapuche se usaba para referirse a sus reuniones periódicas, hoy se utiliza mayoritariamente en Chile para describir un comentario mal intencionado que termina generando una situación confusa.
  • Funa: manifestación o repudio público contra una persona. En mapudungún se le dice funa a algo podrido o que se echa a perder.
  • Laucha: pequeño ratón
  • Quiltro: perro que no pertenece a una raza especial.
  • Pichintún: es decir, poquitito. En mapudungún, “pichi” significa poco.
  • Poncho: prenda de abrigo cuadrada, con una abertura en el centro.
  • Pucho: colilla de cigarrillo. Algunos dicen que viene de la palabra “puchuln” (dejar sobras o restos) mientras otros dicen que viene del quechua “puchu” (que significa sobrante o residuo).

Por otra parte, muchos nombres de ciudades, provincias, lagos y ríos de Chile y Argentina provienen del mapudungún.

En Chile, algunos ejemplos son: Chiloé, río Mapocho, Maule, Coyhaique y Curacautín. Y en Argentina, Neuquén, Lago Puelo, Loncopué y Macachín, entre muchas otras.

Varios árboles y plantas también heredaron sus nombres de esta lengua. Litre, copihue, quillay, luma y coigüe son algunos de ellos.

4. ¿Cómo se escribe?

El desarrollo y la evolución de esta lengua ha sido principalmente oral, por lo que no ha sido fácil encontrar un consenso sobre la forma en que se escribe.

Si bien el primer alfabeto (o grafemario) se creó en 1606 (por Luis de Valdivia), hasta hace pocos años han seguido surgiendo propuestas.

Pero, tal como explica Patricio Bello Huenchumán, hoy hay tres que son las más utilizadas: el Alfabeto Mapuche Unificado (AMU), que viene de 1986; el Azümchefe, que es el que promueve el estado de Chile a través de la Corporación Nacional de desarrollo indígena (Conadi); y el Raguileo, propuesto por el lingüista y poeta mapuche, Anselmo Raguileo, y que tiene 26 letras.

“Es la misma fonética pero son distintas propuestas de escritura. Por ejemplo, la palabra perro en mapudungún se dice trewua. Según el AMU se escribe con TR, en el Azümchefe, con TX, y en el Raguileo, solo con X”, explica.

Esta incapacidad por acordar un solo alfabeto complica aún más la supervivencia de la lengua.

“Todavía nadie se ha logrado poner de acuerdo, no hay una autoridad central que lo decida, ¿quién lo va a hacer? Entonces tenemos un problema ahí”, dice Fernando Zúñiga.

5. ¿Qué tan complejo es?

El mapudungún tiene la particularidad de ser una lengua polisintética de tendencia altamente aglutinante. Es decir, que conforma grandes palabras de significados complejos con base en varias palabras.

Esto permite que una sola palabra exprese un significado elaborado.

Por ejemplo, trarimansunparkelayayengu significa “ellos no amarraron a los bueyes aquí”, un dicho que se usa para decir que, el que lo dice, no lo vio con sus ojos. O trekalelayaymi, que quiere decir “tú no estarás caminando”.

El japonés, el quechua y el finlandés también utilizan este recurso para comunicarse.

Si esto te resulta algo complicado, no te preocupes, no eres el único. Los lingüistas expertos en mapudungún coinciden en que no es un idioma fácil.

“Es más complicado que el inglés, que el español, que el alemán. No solo tenemos singulares y plurales, tenemos tres pronombres singulares, tres duales y tres plurales. Además de formas informales e indirectas, pronombres posesivos, adjetivos, modo indicativo, modo imperativo... tenemos de todo”, dice Bello Huenchumán.

Aún así, hay varias personas que se están atreviendo a incursionar en él.

Y tú, ¿te animarías a aprenderlo?