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Las novelas románticas inglesas a veces hablan en español

02/08/2023
María Isabel González Cruz*

La novela romántica sufre una extraña contradicción: es el género literario más popular, pero el menos respetado. Aunque domina las listas de los libros más vendidos, la crítica lo rechaza. Y ha sufrido esta actitud de desprecio durante la mayor parte de sus dos siglos de popularidad. De hecho, la novela rosa sufre un doble estigma, por su condición de literatura popular y por femenina.

Esto parece deberse a los estereotipos de género de nuestra sociedad patriarcal, que tiende a vincular todo lo emocional/sentimental al mundo femenino, tradicionalmente relegado a un plano inferior. Sin duda, antes de comprar cualquier producto “ya hemos incorporado valores, estereotipos, tipologías, conceptos, argumentos, guiones, propuestas, respuestas y deseos que nos ha generado el propio sistema a través de las diversas formas de comunicación y de los diferentes medios por los cuales nos hablan”.

Así se puede explicar por qué estas novelas, orientadas a un público mayoritariamente femenino, suelen tener una valoración más baja. Hasta ahora han recibido bastante menos atención que otros géneros populares como la literatura de viajes, las novelas policíacas o las de ciencia ficción, que parecen atraer casi por igual a hombres y mujeres.

Interés académico

No obstante, el estigma parece estar siendo superado considerablemente en las últimas décadas. En 2009 se creó la International Association for the Study of Popular Romance, una asociación internacional para el estudio académico de la ficción romántica. La IASPR “fomenta el estudio del amor romántico y todas sus representaciones en la cultura popular global, de todos los tiempos y en todos los medios”. Además, publica una revista académica indexada, Journal of Popular Romance Studies, y organiza congresos internacionales.

El interés despertado por este campo de estudios dentro del mundo académico lo demuestra el creciente número de publicaciones que analizan el género. Estas investigaciones no tratan las novelas románticas como simples historias de amor con final feliz, sino adoptando perspectivas interdisciplinares que abordan otros asuntos de interés sociocultural, como pueden ser el aborto, el divorcio, los abusos sexuales, la homosexualidad, los problemas medioambientales causados por la sobreexplotación turística, o incluso la política.

De hecho, estos textos pueden estudiarse desde una perspectiva sociológica, analizando las visiones que ofrecen acerca de esos temas de gran interés social. Pero también es viable su análisis como relatos de viaje, pues suelen describir relaciones amorosas que surgen durante un traslado a lugares exóticos.

El argumento del viaje permite también el desarrollo del discurso del paraíso, que destaca el exotismo del lugar y la visión del otro, e incluso promueve la concienciación medioambiental. A su vez, se pueden presentar situaciones de contacto entre personajes de distintas lenguas y culturas, lo que favorece enfoques de carácter sociolingüístico y pragmático.

Hispanismos de Canarias

Precisamente el argumento del viaje nos ha permitido el estudio del uso de hispanismos en un conjunto de novelas románticas ambientadas en Canarias y escritas por autoras británicas y norteamericanas. Estos trabajos reiteran la importancia de la lengua española en el enriquecimiento léxico del inglés.

Para este estudio se han seleccionado 36 obras que cubren un periodo de casi cinco décadas (1955-2004). Se constata así el uso activo de vocabulario español en la lengua inglesa durante este período.

Frente a la ola de anglicismos que invade el planeta, esta investigación nos recuerda el destacado papel que el español continúa desempeñando actualmente como lengua fuente de préstamos, sobre todo en los Estados Unidos. De hecho, el prestigioso Oxford English Dictionary (OED), que recoge casi 2 000 hispanismos en su repertorio lexicográfico, utiliza para su actualización todo tipo de material literario accesible en los medios de comunicación modernos. Por ello, dada su enorme popularidad, las novelas románticas son fiables como fuente para el estudio de la vitalidad del hispanismo en inglés.

Los hispanismos constituyen un recurso narrativo útil, ya que proporcionan a la escritura un cierto “color local”. Crean de forma simbólica lo que en inglés se llama a sense of place, es decir, con las palabras y expresiones españolas se evoca todo lo que el lugar significa social y culturalmente hablando. Contribuyen a darle a la historia un ambiente real y apoyan la representación de la identidad de los personajes.

Cambiar de una lengua a otra también puede expresar determinadas actitudes. Así, en ciertas situaciones las personas ajustan su forma de hablar para intentar ser más claras o para ser percibidas de manera más favorable o similar a sus oyentes. Ocurre cuando optamos por usar el vocabulario o las expresiones que utiliza nuestro interlocutor, ya sea extranjero o hablante de otra variedad lingüística. Esto es algo que sucede a menudo en las novelas estudiadas, como veremos a continuación.

Los diferentes hispanismos encontrados

De manera simplificada, los hispanismos de las novelas pueden dividirse en dos grupos: los necesarios y los innecesarios. El primero incluiría aquellos casos en que la elección del hispanismo es justificable por una necesidad léxica o cultural, al no existir un equivalente exacto en la lengua inglesa.

Cuando viajamos a otro lugar, encontramos una variedad de cosas que son propias de la cultura o del medio local. Adoptamos inmediatamente los nombres nativos para denominar estas nuevas realidades, pues es mucho más práctico y rápido que crear nuevos términos para describirlas.

Este uso de hispanismos es simplemente inevitable, como demuestra el empleo en las novelas de voces como fandango, sardana, gofio, guanche, poncho, timple, turrón o rondalla, que hacen referencia a elementos clave de la identidad sociocultural española y canaria.

Curiosamente, en otras ocasiones los autores podrían haber optado por una palabra inglesa. Sin embargo, emplean hispanismos, como cerveza, limonada, médico, novio, etc. sin que exista ninguna necesidad léxica o marcadamente cultural para ello.

A veces encontramos expresiones propias de la lengua oral (bien, amigo, hasta la vista, maldita sea, adiós, chica). O simplemente hallamos expresiones que podrían haberse dicho en inglés (Buenas noches; ¿Comprende usted?; Hasta mañana; Lo antes posible; ¡Lo siento mucho!). Pero la elección del español resulta significativa y de gran valor emotivo.

Para explicar las razones del uso reiterado de hispanismos innecesarios, debemos recordar que cada palabra de una obra literaria ha sido seleccionada con algún propósito y no hay término que sea enteramente neutral. Incluso elegir una palabra estándar frente a otra dialectal (o viceversa) aporta siempre algún matiz dentro de la narrativa.

Por ello, el hispanismo no necesario parece responder a una actitud de solidaridad con los personajes de habla hispana. Manifiesta la intención comunicativa de representar, construir o compartir la cultura y la identidad. Sin los hispanismos, los textos perderían un efecto expresivo muy importante. Perderían el sentido de autenticidad, realismo, color local y todo el potencial comunicativo, connotaciones y valores pragmáticos que, sutilmente, codifican.

*María Isabel González Cruz es catedrática de Filología Inglesa, y profesora de Pragmática de la Lengua Inglesa, en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.