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Lara: «La lexicografía es una
elección de vida»

13/01/2014

NotimexA diferencia de otras ramas de la lingüística, la lexicografía rápidamente se convierte en una elección de vida. No se puede ser lexicógrafo tres horas, se es las 24 horas del día y hasta cuando dormimos, nuestro cerebro está trabajando el material que estuvimos analizando el día anterior.Así se expresó, durante una entrevista con Notimex, el doctor Luis Fernando Lara Ramos (Ciudad de México, 1943), doctor en Lingüística y Literatura Hispánicas, y rutilante Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013 en Lingüística y Literatura, al hablar sobre la vocación y disposición, amor y pasión que exige esa difícil materia.«No cualquier persona tiene esa vocación o la oportunidad de descubrirla. Además, para ser lexicógrafo se necesita acumular el mayor número de conocimientos de todas las áreas, materias y disciplinas del quehacer humano», dijo en su cubículo, el 4420, del Centro de Estudios Literarios de El Colegio de México (Colmex).Explicó que el lexicógrafo no se puede especializar en algo, sino que debe saber de todo. «Si tenemos que redactar un texto, por ejemplo de un chile mexicano, debemos saber qué chile es, en cuáles platillos se utiliza, incluso a qué sabe. A veces usamos una palabra sobre altas energías y debemos averiguar qué es eso».De tal modo, subrayó el entrevistado, el autor y coordinador del Diccionario del Español en México, que reúne cerca de 25 mil vocablos con alrededor de 50 mil significados, «uno necesita tener interés por todo, no hacerse de la boca chiquita y, desde luego, ¡no todo mundo tiene esa aptitud ni esa pasión ni esa vocación!».Enfatizó: «Este es un empleo de vida, no es para chambistas que digan ya vine, trabajo el diccionario un año y me voy. Quien llega, debe hacerlo para quedarse de por vida. Y para como están hoy las condiciones de trabajo, cuesta mucho que las instituciones den seguridad a su gente; el Colmex sí lo hace», aseguró.Destacado investigador y profesor, el doctor Luis Fernando Lara recientemente recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes de manos del presidente Enrique Peña Nieto, por sus aportes teórico-metodológicos a la lexicografía del español en México, galardón que lo coloca en la cima de su carrera.Más adelante, añadió: «Entre las nuevas generaciones hay mucha motivación. Actualmente, trabajando conmigo en la actualización del Diccionario del Español en México tengo a un grupo de cinco estudiantes poblanos, quienes sin cobrar un sueldo, nada más por ser orientados para su titulación, laboran afanosa y entusiastamente en esta obra».Lo que se requiere, abundó el doctor en Lingüística y literatura hispánicas por El Colmex, miembro del Comité Internacional Permanente de Lingüistas de la UNESCO, de El Colegio Nacional y del Sistema Nacional de investigadores, «son ofertas de trabajo, porque motivación, sí hay».Con amplios estudios en Alemania e Italia, el entrevistado se preguntó: «¿Cómo los vamos a convencer para que vengan a trabajar con nosotros si no les podemos asegurar una planta laboral que les permita satisfacer sus necesidades económicas básicas?». Y se respondió: «Sólo abriendo más espacios laborales bien pagados».Profesor-investigador de tiempo completo y de planta en el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colmex, desde 1970 a la fecha, el entrevistado reiteró que «la lexicografía no es una chamba momentánea, sino una forma de vida». Así, ya dedica gran parte de su tiempo en la nueva edición de su diccionario.