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La relación entre el lenguaje y la
comprensión matemática

10/02/2011

TimeUn estudio sobre personas sordas en Nicaragua ha proporcionado interesantes hallazgos sobre la vinculación entre la adquisición del lenguaje y la comprensión de los números.Estos descubrimientos se basan en estudios de campo dirigidos por Elizabeth Spaepen a lo largo de tres viajes a Nicaragua entre 2006 y 2010. Los investigadores examinaron a cuatro personas sordas que se comunicaban en sus propias lenguas de signos no convencionales, estudiando en particular sus habilidades lingüísticas y su facilidad en el manejo de números.Los voluntarios se comunicaban exclusivamente mediante sistemas de gestos manuales elaborados por ellos mismos. Si bien este lenguaje les resulta suficiente para comunicarse con sus amigos y familiares, se nota que les falta una gramática coherente y, además, estos lenguajes cuentan con escaso número de palabras.Los investigadores descubrieron que a estos adultos les lleva mucho tiempo entender cualquier número superior a 3, probablemente porque no cuentan con palabras para expresar sumas mayores. En contraste, las personas sordas que aprenden una lengua de signos convencional incorporan los valores de grandes números porque aprendieron a contar en su infancia temprana, exactamente como los niños no sordos que aprenden a hablar convencionalmente."No se trata exactamente de vocabulario, sino de entender las relaciones subyacentes entre las palabras, el hecho de que ocho es uno más que siete y uno menos que nueve. Sin contar con un bagaje de palabras que los guíe, los sordos que emplean lenguas de signos no convencionales tuvieron dificultades para comprender que los números en sus relaciones recíprocas", dijo Susan Goldin-Meadow, psicóloga de la Universidad de Chicago y coautora del estudio..En los experimentos llevados a cabo en Nicaragua, los investigadores les propusieron a los voluntarios una serie de tareas para ver cómo determinaban cuantías de dinero. Cuando se les preguntaba si un billete de diez córdobas valía lo mismo que uno de veinte, los de lengua no convencional funcionaron bien. Luego se les preguntó si nueve monedas de diez córdobas valían más o menos que un billete de cien córdobas, y también contestaron correctamente. Pero los investigadores supusieron que en estos casos los voluntarios recurrían más bien a la forma y el color de los billetes que a su valor real.Cuando los problemas se tornaron más abstractos, los de lenguas de signos caseras empezaron a fracasar. Se les mostraban por ejemplo videos referentes a números. En uno de ellos aparecían ocho sapos sobre almohadones; cuatro saltaron fuera al mismo tiempo, y luego volvieron dos, uno a cada vez. Cuando se les pidió a los de lenguaje no convencional que contaran la secuencia de los acontecimientos a sus amigos, les resultó muy difícil comunicar números mayores que tres o cuatro.En otro juego de conteo, los investigadores les mostraron a estos mismos voluntarios una hilera de entre una y 20 fichas de póquer y luego les pidieron que reconstruyeran la alineación. Cuando las fichas eran visibles, los investigados podían copiar el arreglo, pero cuando se les ocultaba la hilera original de fichas no lograban acertar el número de unidades. En otra prueba se les pidió que contaran imágenes de cosas como pescaditos o pelotas que aparecían en tarjetas. Los de lenguas de signos no convencionales lograban identificar hasta tres unidades al mismo tiempo.Los investigadores aplicaron las pruebas también a dos grupos de control: nicaragüenses de audición normal que nunca habían ido a la escuela primaria y adultos sordos que habían aprendido lenguaje de señas, a fin de cotejar los efectos de su analfabetismo y de su sordera, respectivamente. Estos grupos mostraron una comprensión de grandes números que los voluntarios sordos con lenguas de signos no convencionales no tenían.Los hallazgos, publicados en el último número de Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, pueden ayudar a los investigadores a comprender cómo es que los niños aprenden los números, y trazar caminos para mejorar las habilidades matemáticas de aquellos que tienen problemas. En ese sentido, dice la revista Wired:

Las investigaciones en desarrollo infantil muestran que los niños empiezan memorizando los números como una lista ordenada. Pueden recitar los números del uno al diez, pero si uno les pide tres manzanas, pueden traerle cinco o siete..La edad a la cual los niños empiezan a conectar su lista ordenada con números de cosas tiene mucho que ver con el estímulo de los adultos. Algunos niños empiezan a contar a los dos años, otros, generalmente de los hogares más carenciados, llegan a la escuela sin saber el significado de dos. Los niños que se expresan en lenguas de signos no convencionales son los más descapacitados de todos.

"La adquisición del lenguaje es importante para todos en la representación de los números y cómo contarlos", dijo Spaepen a Wired. "No se trata de algo que uno obtiene por el mero hecho de ser humano. Depende de la calidad y de la cantidad de estímulos que uno reciba. Si uno no los recibe en su lenguaje, no tendrá como concebirlos en su mente".