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La ortografía no cambia pero se
vuelve más flexible

30/11/2010

El PaísLa be sigue siendo be. Y la y griega no tiene por qué ser obligatoriamente ye. La uve puede conservar esa denominación, uve. Y sí y sólo pueden seguir acentuándose, si lo exigen el significado o la fonética. En definitiva, todo sigue igual con respecto a la ortografía del español, según lo acordaron por unanimidad las veintidós academias del español reunidas en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.Los académicos llegaron a la conclusión de que no quieren imponer nada, ninguna novedad en la nueva Ortografía razonada del español. Quieren hacer propuestas. En muchos sitios la be se llama grande o alta, la uve se llama be chica, en otros contextos la y griega se llama ye, y la gente puede optar entre escribir solo con o sin acento.El acuerdo se tomó por unanimidad. Lo explicó a la prensa, rodeado de todos los representantes de las academias, el director de la mexicana, José Moreno de Alba. Expuso que las novedades polémicas solo estuvieron en borradores de trabajo, y nunca fueron fijadas. Ahora se convierten en propuestas que se recogerán en la Ortografía razonada acordada en Guadalajara y que publicará la editorial Espasa Calpe. Para explicar las controversias, el académico mexicano dijo que la lengua tiene muchas ambigüedades; `gracias a las ambigüedades hay poesía`. Todo sigue igual, sólo (con acento) hay recomendaciones, `no coscorrones`, en la expresión de Moreno de Alba.Se encontraron en Guadalajara la cuna del español y las academias que lo fijan.El español nació, según una historia que parece una leyenda, en Castilla y León, y esta región es aquí la invitada de honor de este año, el 24.o de la FIL de Guadalajara. Estuvieron las veintidós academias. Antes de la reunión en la que los académicos anunciaron su acuerdo para que todo siga igual (con recomendaciones), en los pasillos de la feria se escuchaban soliloquios o controversias entre académicos y creadores: «¿Cómo van a quitarme a mí unos especialistas en gramática la posibilidad de poner acentos o lo que me dé la gana?`, se oye a un escritor en un desayuno. Y, desde el otro lado, se dice: `Todavía estamos discutiendo».La discusión sucede aquí, de modo que la cuna del español se ha trasladado a Guadalajara, donde ahora se mece esa cuna. Fueron 119 escritores castellanoleoneses, pero hay muchos más, de todas partes. Desde el mexicano Élmer Mendoza a la colombiana Laura Restrepo, desde el español Juan José Millás al mexicano Jorge Volpi. También está Arturo Pérez-Reverte, que el sábado firmó libros durante dos horas sin sentarse en ningún momento, y Elvira Lindo, y Julia Navarro, y el colombiano Fernando Vallejo. El jefe de filas de los leoneses y castellanos es Antonio Gamoneda, el premio Cervantes, y con él están José María Merino, Antonio Colinas, Juan Pedro Aparicio. Pero el líder espiritual es el inolvidable Miguel Delibes, cuya sombra, agrandada por su muerte reciente, cubre la evocación principal de la región que protagoniza la feria.