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La nueva traducción de “La Eneida” reaviva el debate sobre el legado romano

22/10/2025
Mirko Racovsky

La versión busca reflejar la sencillez y riqueza del latín de Virgilio con un lenguaje cotidiano (Imagen: Infobae)

La publicación de una nueva traducción de La Eneida de Virgilio ha reavivado el debate sobre el significado profundo de esta obra clásica: ¿es una celebración del poder imperial romano o una crítica a los costos humanos de la conquista?

La reciente versión, realizada por los académicos Scott McGill y Susannah Wright, ambos profesores de clásicos en la Rice University, y presentada con un prólogo de la reconocida traductora Emily Wilson, busca acercar la experiencia original del poema a los lectores contemporáneos.

En diálogo con The Harvard Gazette, los traductores exploran la vigencia de la epopeya y su capacidad para interpelar a nuevas generaciones sobre el poder, el deber y la migración.

La nueva traducción, según relataron McGill y Wright a The Harvard Gazette, pretende ser fiel tanto al contenido como al tono de la obra original. Para ello, optaron por el verso blanco —pentámetro yámbico sin rima—, considerado el equivalente cultural en inglés al hexámetro dactílico latino de Virgilio.

Wright explicó que el objetivo era reflejar la sencillez y la riqueza del latín de Virgilio, empleando un lenguaje cotidiano y cuidando los recursos poéticos y sonoros del original. McGill añadió que la traducción busca transmitir la sustancia y la atmósfera del poema, permitiendo que la historia cobre vida para los lectores actuales.

Poder imperial y dilema moral

El debate sobre la postura de La Eneida frente al poder imperial romano ha acompañado a la obra desde su publicación póstuma en el 19 a.C. Wright señaló a The Harvard Gazette que el poema puede leerse como una glorificación del régimen de Augusto, con un enfoque celebratorio e incluso propagandístico del poder romano.

Sin embargo, subrayó que Virgilio dedica una atención especial a los costos de ese poder, mostrando una profunda empatía hacia los personajes que se oponen a la misión de Eneas y que resultan víctimas de la conquista. “En ese sentido, el poema también puede interpretarse como una crítica sofisticada al imperialismo romano”, afirmó Wright.

La complejidad de la obra se refleja en la diversidad de interpretaciones sobre las intenciones de Virgilio. McGill recordó que el poeta murió antes de ver publicada su epopeya y que, según la tradición, pidió que fuera destruida por considerarla inacabada.

Si bien algunos sostienen que esto responde al perfeccionismo de Virgilio, otros, como el escritor Hermann Broch, han sugerido que el deseo de destruir el poema podría haber sido una protesta ante la posibilidad de que se utilizara para justificar el poder absoluto.

Aunque esta hipótesis es especulativa, la decisión de Augusto de salvar la obra, encargar su edición y ordenar su publicación ha alimentado el debate sobre el papel de La Eneida como instrumento de legitimación política.

En el plano literario, la obra de Virgilio dialoga de manera creativa con la tradición épica griega. McGill destacó que, aunque el poeta romano se apoya en Homero, introduce una concepción novedosa del héroe.

Mientras que en Homero el protagonista busca la gloria personal —el kleos griego—, Eneas encarna un modelo de héroe orientado al deber histórico y al servicio público, guiando a los refugiados troyanos hacia Italia.

Wright añadió que la estructura de la epopeya remite tanto a la Odisea como a la Ilíada, pero que el desenlace de Eneas, dominado por la furia, contrasta con el momento de reconciliación de Aquiles en la obra homérica. Para los traductores, La Eneida no es una simple reproducción ni una pieza de propaganda, sino una respuesta creativa y profunda a la tradición épica.

El contexto histórico de la composición de La Eneida resulta clave para comprender su función como mito fundacional de Roma. Wright explicó a The Harvard Gazette que la figura de Eneas como antepasado de los romanos se remonta a los siglos V y IV a.C., cuando historiadores griegos empezaron a vincularlo con los orígenes de la ciudad.

Virgilio, sin inventar al personaje, le otorga un papel central en su epopeya, en un momento en que Augusto consolidaba su poder tras la batalla de Actium y promovía un retorno a las virtudes fundacionales de Roma.

McGill señaló que la obra articula un doble mito de origen, uniendo la herencia troyana de Eneas con la de Rómulo y Remo, y que esta síntesis respondía a los intereses de renovación cultural del primer emperador.

La vigencia de La Eneida radica, según los traductores, en su capacidad para plantear preguntas urgentes sobre el deber, el destino y la ética de la migración, temas que siguen resonando en la actualidad.

Wright advirtió sobre dos ideas erróneas frecuentes: considerar la obra como mera propaganda imperial o como una simple imitación de Homero. Para ella y McGill, el poema es mucho más complejo y rico, y su traducción aspira a que los lectores contemporáneos puedan conectar con la inmediatez de los dilemas que plantea.

Empatía y actualidad del poema

Al presentar esta nueva versión, McGill y Wright expresaron a The Harvard Gazette su deseo de que los lectores descubran la profunda humanidad de la epopeya, la empatía que Virgilio muestra hacia todos sus personajes y la riqueza emocional que atraviesa el poema.