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La Academia Española de la Radio se inventa una nueva palabra

13/10/2021

Las diversas academias españolas se sienten con autoridad para inventar y desechar palabras

La Academia Española de la Radio considera que no hay razón suficiente para favorecer que el término inglés podcast se imponga dentro de nuestro idioma, dado que podría ser igualmente válido para dicho propósito emplear la construcción, audioprograma.

La Academia Española de la Radio recomienda que el término audioprograma sustituya al de podcast en el uso habitual que está teniendo dentro de nuestro idioma, especialmente divulgado desde la prensa escrita.

Recientemente, la Academia de la Radio hizo llegar a la Real Academia Española una petición para que acepte e incorpore al DRAE el término audioprograma, de la misma manera que admitió en su día el término audiolibro. Esta propuesta es oportuna dado que, por el momento, la RAE mantiene el vocablo podcast en su “Observatorio de Palabras”, es decir pendiente de estudio, de manera que aún se estaría a tiempo de que este extranjerismo no sea finalmente aceptado.

En realidad, un audioprograma no difiere mucho de lo que conocemos como programa de radio, por tanto, si existe algún un interés en querer darle un nuevo nombre a aquello que ya existe, sería únicamente por la insignificante diferencia de que el audioprograma es un archivo de audio dentro de una página web que no se emite en tiempo real o en directo, como si se hace con el tradicional programa de radio. La paradoja es que una vez emitido un programa de radio convencional, éste se convierte automáticamente en lo que ahora se llama podcast por el hecho de quedar archivado en una página web. Por otro lado, podría también establecerse otra diferencia si consideramos que un audioprograma va más allá del ámbito de la radio, pues puede ser creado por cualquier persona particular para su distribución en Internet. No obstante, no dejaría de ser también radio por cuanto la red Internet suele utilizar las propias ondas de radio para distribuir su señal, caso del bluetooth, la telefonía móvil 4 y 5 G, así como Internet vía satélite.

El origen del término podcast es en realidad una simpleza que carece de justificación en cuanto a la etimología se refiere. Es así que se acuña, en el ámbito periodístico, fruto de la unión de los términos ingleses, pod y cast. Pod, tomado del primer reproductor portátil de audio digital conocido como IPod, que fue lanzado por la compañía Apple en el año 2001. Y, por otro lado, el término “cast” , tomado de la palabra “broadcast” (transmisión) que surgió en su día en los países de habla inglesa para referirse a la emisión por radio.

Si nos remontamos a tiempos pretéritos, esto mismo ya nos sucedió, aquí en España, durante la década de los años veinte del siglo XX, cuando se suscitó cierta polémica con el término broadcasting, que desde la prensa escrita se había fomentado, hasta que, afortunadamente, tiempo después perdió auge en favor del vocablo radiodifusión. Y lo mismo pasó con otro anglicismo como fue speaker, acuñado para denominar a los locutores de radio. Fue así que la RAE reaccionaría contra este anglicismo admitiendo la palabra locutor en su sustitución. Lo cierto es que hubo muchos profesionales radiofónicos españoles de aquellos primeros tiempos que no querían que se les llamara locutores, sino speakers, porque les resultaba más moderno y relevante. Este fue el caso de Teresa de Escoriaza, reconocida como la primera mujer en tener un programa propio en la radio española, Radio Ibérica, allá por 1923. Escoriaza manifestó su oposición radical a la decisión de la RAE diciendo que ella era y será siempre una speaker y nunca una locutora, ya que ello le sonaba parecido a ser una “cotorra”.

Este gusto por el uso de extranjerismos en nuestro idioma siempre ha sido motivado por una especie de complejo de los españoles al considerar que lo que viene de fuera es signo de modernidad. Menos mal que gracias a la Real Academia Española, RAE, se ha puesto freno, en muchas ocasiones, a la penetración de palabras extranjeras realmente innecesarias cuando ya de por sí la riqueza de nuestro idioma dispone de vocablos suficientes para dar respuesta a mucho de lo nuevo que nos pueda llegar.

En la actualidad, resulta que en los medios periodísticos de habla española de todo el mundo es habitual encontrar el término podcast para referirse a las grabaciones radiofónicas que se insertan en páginas webs, para que puedan ser escuchadas y descargadas por los internautas en cualquier momento. Si bien es cierto que, técnicamente, el podcast ha supuesto un gran paso en la difusión de los programas de radio ya que, anteriormente, los radioyentes no tenían la oportunidad de volver a escuchar un programa emitido en antena o que incluso se hubieran perdido escucharlo por no haber sintonizado la emisora a tiempo. Así, durante el siglo XX y principios del XXI, a diferencia de los lectores de prensa que siempre han contado con las hemerotecas a las que recurrir para acceder a un periódico de un edición pasada, el radioyente nunca ha tenido esa misma oportunidad. Y ello era debido a que la legislación española, en materia de Depósito Legal, no obligaba expresamente a las emisoras de radio y de televisión a enviar una copia de sus programas ya emitidos a un centro de archivo para consulta pública de cualquier ciudadano.