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Florecen las radios en español en Estados Unidos

24/08/2022
Clara González Tosat

La Radio Ambulante ofrece clases de español como segunda lengua

Estudios recientes sobre la popularidad de la radio entre los hispanos residentes en Estados Unidos muestran una cifra sorprendente. Según la CIA, hay aproximadamente 44.000 emisoras de radio en todo el mundo, de las cuales 16.000 están en Estados Unidos. De estas, 700 operan en español.

Los 245 millones de estadounidenses que escuchan la radio semanalmente, los hispanos y afroamericanos representan el 29,3%, es decir, un tercio de la audiencia total (Nielsen 2015). En solo cuatro años, el número de oyentes de radio hispanos ha aumentado en casi cuatro millones, pasando de 36,5 millones en 2011 a 40,4 en 2015 (Nielsen 2015). En general, el 93% de los hispanos escucha semanalmente la radio, de los cuales el 54% son hombres y el 46% mujeres (Nielsen 2015). El tiempo de escucha es de 12 horas y 35 minutos en promedio semanal (Nielsen 2015).

El 69% de los hispanos que sintonizan su emisora favorita durante el día lo hacen fuera de casa (Nielsen 2015).

En ese sentido, es preciso tener en cuenta la evolución de la integración de Internet y las nuevas tecnologías en la radiodifusión en español en Estados Unidos. Desde 1995, la posibilidad de realizar emisiones en directo a través de Internet ha supuesto un gran avance en la difusión internacional de contenidos radiofónicos "sin las limitaciones de las emisoras de onda corta" (Kuhn 2011). Por tanto, una pequeña emisora de radio puede emitir su programa, en directo o en diferido, a través de su página web, aumentando su ámbito de influencia e incluso convirtiéndose en una radio con audiencia internacional.

Entre 1980 y 2002, la radio en español creció "alrededor de un 1000%" en Estados Unidos (Paredes 2003). En las grandes ciudades urbanas con mayor concentración de hispanos, como Los Ángeles, Nueva York, Miami y Chicago, aumentó la "variedad de emisoras y géneros musicales" para atraer a las distintas poblaciones hispanas, ya sea "por sus nacionalidades u otras características de su origen demográfico" (Miranda y Medina 2008). Desde la aprobación de la Ley de Telecomunicaciones de 1996, la industria de la radio en español ha sufrido muchos cambios en términos de "competencia, consolidación y reorganización", así como otros aspectos como la programación corporativa o la concentración de emisoras bajo grandes grupos mediáticos (Paredes 2003).

Sin duda, uno de los aspectos más atractivos del fenómeno radiofónico en español es la forma en que ha ido transformando los mercados más tradicionales de Estados Unidos, como Carolina del Norte, Georgia, Arkansas, Tennessee, Nevada, Washington o Pensilvania (Paredes 2003). Por ejemplo, en enero de 2002 nació la primera emisora de radio en español en Seattle, en el estado de Washington, transmitiendo 24 horas por día (Paredes 2003).

Por otra parte el público hispano suele ser muy fiel a los contenidos: si se identifica con una de las emisoras, se mantiene fiel a su programación (Franquet y Ribes 2007). Como se puede ver en la base de datos, el problema aparece con la excesiva competencia que se genera entre los grupos radiofónicos minoritarios por crear una estrategia de diferenciación, de manera que acaban compitiendo entre sí por la misma audiencia. Por definición, las radios en español en Estados Unidos emiten principalmente programación en este idioma para competir con emisoras similares por los mismos oyentes (Chambers 2006). Sin embargo, estudios recientes demuestran que, además, estas emisoras también comparten su audiencia con otras radios que no emiten en español (Chambers 2006).

 La radio en español en Estados Unidos está llena de vida y es optimista en cuanto a su crecimiento. Las ondas radiofónicas norteamericanas cuentan con una amplia variedad de contenidos y espacios que buscan satisfacer las necesidades de los grupos hispanos dentro de un radio "hiperlocal" que acompaña a la población en su día a día. Los principales obstáculos a superar, además de las dificultades para introducir las nuevas tecnologías en los aspectos o formatos más técnicos, se encuentran principalmente en el mantenimiento de una identidad original e individual que no se fusione con las grandes macroempresas que parecen aglutinar a la población bajo dos o tres estilos musicales. En este aspecto, el gobierno debería echar una mano a los propietarios menores o empresas familiares, desbrozando los aspectos más burocráticos y protegiendo a los pequeños negocios de radiodifusión, contra los gigantes de los medios