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Fernández Alvarez: "Cervantes sacó su obra de su desventura"

20/09/2005

Por Isabel S.AraujoMadrid, 20 sep (EFE).- Manuel Fernández Alvarez ha leído "entre quince y veinte veces" el Quijote y ha convivido con su autor y su época "media vida", pero sólo ahora este maestro en el arte de narrar, experto en el siglo XVI, se ha lanzado a contar la vida del príncipe de las letras españolas publicando "Cervantes, visto por un historiador"."Cervantes fue un hombre muy desventurado, pero supo sacar su obra de esa desventura suya, y hacerlo con mucho humor", afirmó hoy Fernández Alvarez, académico de la Historia, que en los últimos años ha deleitado también a los lectores con biografías como las de Juana la Loca, Carlos V o Isabel la Católica, y que en esta última tarea, publicada por Espasa como las anteriores, ha trabajado más de dos años.Para él, el Quijote, "al tiempo que hace reflexionar, puede entretener y hacer reír a carcajadas, como el propio Cervantes tenía tan a gala", y esa es, justamente, la manera en que los jóvenes han de acercarse a él: "como un placer y no como un deber", aunque, admite, para disfrutar de veras "hay que tener un mínimo de nivel cultural, y -se pregunta- no sé si nuestro sistema educativo lo da"."La persona de Cervantes se refleja en toda su obra, dejando testimonios aquí y allá, desde 'La Galatea' hasta el Quijote, pasando por el 'Persiles y Segismunda', dice este historiador madrileño -aunque afincado en Salamanca, de cuya universidad es profesor emérito-, que a sus 83 años exhala una envidiable vitalidad y cuyo secreto, dice, es "acostarse siempre con una ilusión para el día siguiente".Con estilo ameno y fluido, y con un gran arte de hacer de la Historia algo muy vivo, en la que al lector se le va ofreciendo todo lo que necesita saber de la época para situar bien los hechos, Fernández Alvarez repasa la vida de Cervantes, al tiempo que "se sumerge en su mente y se pregunta por sus alegrías y tristezas, sus penalidades y sus esfuerzos", como señaló hoy en la presentación del volumen Pilar Cortés, directora editorial de Espasa."Lo he escrito con una particular emoción, pues, en mis libros he abordado a menudo personajes muy encumbrados, grandes políticos, monarcas, pero esta vez se trataba de vivir a un hombre de la calle, salido del pueblo", señaló el autor, para quien "Cervantes fue más Quijote que Sancho", aunque sus vivencias "se reflejan tanto en el idealismo de Don Quijote como en el sentido común de Sancho".Si, literariamente hablando, la primera parte del Quijote "es una sorpresa para Cervantes", que se encuentra con un personaje muy vivo con el que comenzar a hacer camino, "en la segunda ya tiene planes concretos, sabe que hay cosas que tienen que salir".En la primera ha ideado un escudero que remedie un soliloquio que no aguantaría, en la segunda "concede más protagonismo a Sancho", un hombre del pueblo al que se permite llegar a tener poder, "porque siente que él podría haber sido un gran gobernante"."Los consejos que Don Quijote le da a Sancho son de Cervantes, de cómo debe ser el gobernante y de cómo sangra su propia herida. Nos está dando algo que él ha sufrido en su carne, nos da constantes pistas sobre sí mismo", dijo el autor, convencido de que "todo escritor deja en su obra jirones de su vida""Como Joyce al 'Ulises', él incorpora constantemente todo su pensamiento a la obra conforme la va pariendo", afirmó Fernández Alvarez, para quien a Cervantes, "un olvidado en el mundo cultural -a cuyo entierro asistieron media docena de personas- que de sus avatares y sus peripecias saca su obra", hay que llegar por esta última, pero también hay que entenderlo en clave de la historia, como bien dijo Pierre Vilar".