twitter account

Estudio del mandarín hace furor en Colombia

07/11/2008

Por Marcela Rodríguez, Xinhua El aprendizaje de la lengua y la cultura de China se ha convertido en una nueva moda en Bogotá desde que se fundase el año pasado el Instituto Confucio en la Universidad de Los Andes, la primera sede de este instituto en Sudamérica. Durante la ceremonia de inauguración del Instituto Confucio celebrada hoy, el embajador de China en Colombia, Li Changhua, dijo que "gracias a los grandes desarrollos experimentados en China, el idioma mandarín y la cultura china han recibido una gran aceptación en todo el mundo, incluido Colombia". "Hago votos para que el instituto se fortalezca, se consolide y contribuya al conocimiento mutuo entre China y Colombia, y que sirva no sólo para la enseñanza del idioma y la cultura, sino que sirva también como un enlace entre las instituciones gubernamentales y otras universidades para construir un espacio más amplio de cooperación", enfatizó. A su vez, el rector de la Universidad de Los Andes, Carlos Angulo, expresó su orgullo y satisfacción porque la universidad sea la sede del instituto, y se comprometió a trabajar por lograr que la comunidad académica tenga un nivel alto de aprendizaje sobre el país que dijo que "ya es una potencia mundial". A la ocasión asistieron directivos, estudiantes y profesores que disfrutaron con las exposiciones de fotografías, la música y la gastronomía oriental, y expresaron su deseo de difundir y ampliar la iniciativa académica, que en menos de un año desbordó las expectativas. "El instituto tiene una nómina de lujo, al menos 300 estudiantes de Los Andes han tomado cursos, iniciamos con cuatro niveles y el próximo semestre ofreceremos cinco", señaló el decano de la facultad de Ciencias Sociales, Carl Langebaek. El Instituto Confucio en Colombia se creó a través de un convenio firmado en noviembre de 2007 entre el gobierno chino, la Universidad privada Los Andes y la prestigiosa Universidad de Nankai en China. Una vez abierto al público y a los universitarios, los profesores recibieron grupos de 25 personas, y al cabo de 10 meses se encontraron con 15 grupos compuestos por hasta 30 asistentes, y además con una demanda que sigue creciendo rápidamente. Los universitarios, con edades entre los 16 y 23 años, ven el conocimiento sobre China como una necesidad dentro de su profesionalización, mientras que a nivel privado, asistentes de hasta 60 años buscan aprender también del "fenómeno chino". Zhang Huijing, vicedirectora académica del programa, señaló la curiosidad por la transformación de China como un aspecto atractivo para los que eligen estudiar mandarín, pero los jóvenes relacionan este interés con su realidad personal. "¡Estudiar mandarín está de moda!", exclamó uno de los discípulos de Zhang al ser entrevistado por Xinhua. Juan Chinchía, un estudiante de 22 años que visitó Pekín estimulado por los conocimientos adquiridos en clases de mandarín, señaló que "me siento aventajado sabiendo mandarín, me llamó la atención la cultura china y todo lo enfocado a la parte empresarial, al futuro de China". "Estaba decidiendo entre estudiar francés, japonés y mandarín, me decidí por éste último por su complejidad y porque la electrónica que estudio tiene que ver con ese idioma, pues de China llegan muchos aparatos novedosos y de última tecnología", sostuvo Marcela Jiménez de 22 años. Otro estudiante, Diego Fernández, también participó en las conversaciones, resaltando que "me gusta la música tradicional de China y soy fan del grupo ´Twelve Girls Band´ de China, por eso elegí el mandarín. Quiero ir a China para conocer los instrumentos musicales chinos y la cultura milenaria de este país oriental". Aparte de la enseñanza del idioma, el Instituto Confucio facilita recursos para dar a conocer importantes celebraciones típicas como la Fiesta de Primavera o los bailes del dragón y el león. En la Semana de la Cultura China organizada por el instituto, los estudiantes saborean y aprenden sobre gastronomía, cine y costumbres desconocidas para el occidente, pero con un gran peso cultural en China, como la ceremonia del té. Si bien el principal derrotero es la difusión de la lengua y la cultura chinas, es innegable que el intercambio de conocimientos abre camino a frentes como el comercial, el económico y el tecnológico, que resultan muy atractivos para los países testigos de la expansión de China.