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España, «más preocupada por idiomas cooficiales», (catedrático)

25/07/2009

El Diario MontañésLa sociedad española está «más preocupada» en proteger los idiomas cooficiales «que en defender la lengua común». Es la opinión del catedrático de Sociología de la Universidad de Oviedo Rodolfo Gutiérrez, quien indicó también que es precisamente el idioma común «la condición más fuerte para que todos seamos ciudadanos de un mismo territorio».Gutiérrez intervino esta semana en los cursos de lengua y cultura españolas que se celebran en el Campus de Las Llamas de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, UIMP, un contexto en el que lamentó que España no potencie «seriamente el conocimiento de la lengua común para los inmigrantes», algo que llevan haciendo años otros países europeos, pese a que España sería uno de los que mejor podría potenciar su lengua por la vía de la inmigración.El catedrático también explicó que «la familia» es uno de los aspectos de la sociedad española que más interesa a los estudiantes de español, debido a que los extranjeros perciben a España como un lugar de familias numerosas, que aprecian la vida en común. Algo que, a su juicio, sólo es «parcialmente cierto» ya que «aunque todavía valoramos mucho la familia, en lo objetivo la cuidamos muy poco».PeculiaridadesRodolfo Gutiérrez recordó que en el conjunto de Europa existe una «cierta convergencia» en cuanto a modelos de familia, pero España todavía presenta «fuertes peculiaridades» con respecto a otras naciones. Como, por ejemplo, el alto número de jóvenes que permanecen en los hogares paternos hasta edades avanzadas», un fenómeno que no se da en otros lugares.Misterios españolesEn cuanto a los tópicos que acompañan a la sociedad española, Gutiérrez señaló que si bien los países europeos, sobre todo los más próximos, «cuentan con mucha mejor información de España y se acercan más a nuestra realidad», es cierto que los «hábitos del tiempo» les siguen llamando «extraordinariamente» la atención. «Para ellos es un misterio cómo los españoles organizamos la vida cotidiana para dedicar tantas horas a las comidas sociales, para acostarnos tan tarde y también para alargar en exceso la jornada de trabajo».