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Encuentran en Italia uno de los primeros libros impresos con palabras en euskera

09/11/2021
Ander Goyoaga

Palabras en euskera con su traducción en latín, dentro de la obra 'De rebus Hispaniae memorabilibus'.

La invención de la imprenta moderna en la segunda mitad del siglo XV, de la mano de Guttenberg, posibilitó la publicación en pocos años de las primeras obras impresas en un puñado de lenguas. El primer libro impreso en inglés fue el incunable The Recuyell of Histories of Troye, en 1464, mientras que el primero en español fue Sinodal de Aguilafuente, en 1472. Dos años después apareció el primero en catalán: Les obres e trobes en llahors de la Verge Maria. Las primeras obras impresas en otras lenguas como el ruso tardaron casi un siglo más. En el caso del euskera, la primera fue Linguae vasconum primitiae, de Bernat Etxepare, en 1545. Se conocía, no obstante, que algunas obras impresas previamente contenían palabras en lengua vasca. Ahora, la editorial Mintzoa ha dado en Italia con una de ellas.

La obra en cuestión es De rebus Hispaniae memorabilibus (De las cosas memorables de España), escrita por el historiador y humanista italiano Lucio Marineo Sículo. Este trabajo, el más importante que publicó, cuenta con tres ediciones. La primera es de 1496, la segunda de 1530, la tercera de 1533 y, finalmente, la cuarta es de 1539.

El libro hallado en Italia antecede a la primera obra completa en euskera, de Bernat Etxepare

La editorial Mintzoa, según explica el editor Aritz Otazu, ha adquirido un ejemplar correspondiente a la tercera edición, es decir, un libro impreso en 1533. “Los expertos sabían que existían referencias en euskera en esta obra. Otra cosa es encontrar el libro, comprarlo y traerlo. Es lo que hemos hecho”, explica.

La importancia de este hallazgo para la comunidad vasca estriba en que se trataría de las primeras palabras en euskera en un libro impreso. Lógicamente, son muy anteriores a esta obra las inscripciones en euskera arcaico encontradas en estelas situadas en un amplio territorio a ambos lados del Pirineo o, ya varios siglos después, los manuscritos medievales en los que aparece la lengua vasca (son conocidas las Glosas Emilianenses, de gran importancia en el estudio del español medieval y en las que también aparece el euskera).

La obra recoge un pequeño diccionario euskera-latín y se refiere a "la lengua de los vascos y los cántabros"

Sin embargo, las palabras recogidas en esta obra serían las primeras impresas gracias a la gran aportación de Guttenberg. El hallazgo antecede a la primera obra del sacerdote bajonavarro Bernat Etxepare, que escribió su Linguae vasconum primitiae siendo consciente de que se trataba de la primera obra completa en lengua vasca y, de hecho, dedicó parte de la obra a hacer una conocida apología de la lengua vasca.

En el caso del libro adquirido por la editorial Mintzoa, el euskera aparece en el capítulo 5 de De rebus Hispaniae memorabilibus, donde dedica un apartado a “la lengua de los vascos y cántabros”. En ese punto, recoge un pequeño diccionario de palabras y expresiones en lengua vasca, así como lo números en euskera, con sus correspondientes traducciones al latín.

Las palabras, a pesar de que lógicamente no se utiliza la grafía estandarizada (no existía), son totalmente entendibles para cualquier vascohablante actual.

La tercera edición de esta obra de Lucio Marineo Sículo fue impresa por el navarro Miguel de Eguía, uno de los principales editores de su época, en Alcalá de Henares.

La obra hace elogiosas referencias a los Reyes Católicos y describe en profundidad la geografía española

La editorial Mintzoa, especializada en este tipo de hallazgos, cuenta con una amplia red de anticuarios y libreros en todo el mundo, y gracias a uno de ellos consiguió este ejemplar. Un anticuario francés dio con un particular italiano que poseía este ejemplar de De rebus Hispaniae memorabilibus y la editorial navarra apostó por hacerse con el mismo.

La obra en sí ofrece una amplia descripción de la Península Ibérica (incluye Portugal), generosa en elogios hacia los Reyes Católicos, trata el origen de la palabra España, explica la geografía del territorio y se adentra en la historia de los reyes de Aragón. Y es dentro de ese trabajo divulgativo donde Lucio Marineo Sículo tuvo el interés de detenerse en lo que denomina “la lengua de los vascos y cántabros”.

A pesar de que pueda parecer sorprendente que sigan descubriéndose publicaciones de este tipo en torno al euskera en pleno siglo XXI, lo cierto es que en las últimas décadas se está convirtiendo en algo recurrente. El hallazgo del manuscrito de Lazarraga en Madrid en 2004, la aparición en 2015 en Dinarmarca del primer libro escrito en euskera literario clásico (labortano clásico) o la adquisición, el año pasado y de la mano de Mintzoa, de un curioso diccionario euskera-latín elaborado por un teólogo suizo e impreso en 1610, hacen pensar que seguirán apareciendo este tipo de tesoros editoriales.