El país en el que se hablan 848 lenguas diferentes
Papúa Nueva Guinea pertenece a la Mancomunidad Británica
Papúa Nueva Guinea, con una población de ocho millones de personas, es uno de los lugares con mayor diversidad cultural y lingüística del mundo. Los datos más recientes señalan que solo en su territorio se hablan unas 848 lenguas diferentes, que constituyen el 12% del total mundial, lo que evidencia que en este país se hablan más idiomas que en todo el continente europeo.
Una de las razones que explican esa gran diversidad es que el país está poblado por una gran variedad de tribus. De hecho, en la actualidad, menos del 20% de la población vive en ciudades.
Justificación
A pesar de contar con un gran territorio, también conforman el país cientos de islas que han permitido que, a lo largo de los años, muchas aldeas se mantuviesen aisladas entre sí por el mar o por las montañas, forjándose lenguas propias sin influencias externas gracias a esas barreras naturales.
Fue así como lenguas con raíces ancestrales se desarrollaron sin influencias externas. La presencia de gobiernos centrales débiles también contribuyó a que sobreviviera esa riqueza lingüística. La colonización por parte de anglohablantes llevó a que emergiera la lengua tok pisin, que es la más hablada en el país.
El tok pisin
Se trata de una forma simplificada de inglés y uno de los cuatro idiomas oficiales del país (que incluyen hiri motu y la lengua de señas). A pesar de la gran diversidad lingüística que hemos reseñado, la gran mayoría de las lenguas nativas cuentan cada una con menos de mil hablantes. Entre ellas una de las más habladas y populares es la enga, que suma algo menos de 200.000 hablantes en el territorio.
Más allá de sus paisajes paradisiacos, Papúa Nueva Guinea ostenta una diversidad y cultura lingüística excepcionales, que intentan mantener con los máximos esfuerzos, debido a que la mayoría de esas más de ochocientas lenguas cuentan cada vez con menos hablantes.
Esperanza de vida
Muchas de las tribus en el interior montañoso tienen poco contacto entre sí, y mucho menos con el mundo exterior, y viven dentro de una economía no monetizada que depende de la agricultura de subsistencia.
La esperanza de vida en Papúa Nueva Guinea es de 63 años (hombres) y 68 años (mujeres). Además, las principales religiones en este lugar son el cristianismo y las creencias indígenas. Un mundo todavía por descubrir, pero lo más importante, una cultura por preservar durante muchos años más.