El mito del prestigio lingüístico
Placa en la Plaza del Potro en Córdoba, España
Es lamentable, pero cierto. Algunas personas piensan que hay lenguas superiores a otras. Esta creencia no tiene bases lingüísticas ni científicas, es solo un mito. Lo que sí es cierto es que algunas lenguas gozan de más “prestigio” que otras, (aunque la noción de prestigio tampoco tiene bases lingüísticas sino sociales e históricas).
El prestigio es extralingüístico. Tan es así que lo que ayer tuvo prestigio, quizás mañana no lo tenga y viceversa. Eso lo determinan los hablantes con el uso que hagan de sus lenguas. Porque, óigame bien, las lenguas son de sus hablantes, no de academias ni delos puristas.
Pero sigamos. Como bien apunta David Crystal, la lingüística contemporánea reconoce que ninguna lengua debe ser evaluada ni valorada por la influencia política o económica de sus usuarios. De lo contrario, nos dice el autor del Cambridge Encyclopaedia of Language, que el español y el portugués del siglo XVI deberían ser valorados como lenguas superiores al español y al portugués hablados hoy día. Lo mismo ocurriría con el inglés americano moderno, que figuraría (hipotéticamente hablando) como superior al ingles británico.
Nada más absurdo ni lejos de la verdad. Lo cierto es que no hay manera que de evaluar la “excelencia” de una lengua (como sistema) sobre otra porque ninguna es mejor ni menos funcional que otra. Cómo comparar, dice Crystal, los méritos del griego y el latín con la sabiduría proverbial del chino, o con la extensa literatura oral que encontramos en las islas Polonesas, o, tal vez, con la profundidad del conocimiento científico que ha sido expresado en el idioma inglés.
Estas son interrogantes válidas que se plantea el renombrado lingüista. La respuesta es que NO es posible, y seguramente nunca lo será. Ninguna lengua es mejor que otra. Ninguna. Crystal, en cambio, piensa que quizás, algún día, podremos diseñar algún instrumento objetivo de evaluación lingüística para medir la excelencia de una lengua sobre otra. En lo que a mí respecta, no solo lo dudo, sino que también espero que nunca suceda
* Aída Vergne es Ph.D en Lingüística y Magíster en Periodismo, docente de la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras.