El lenguaje de género no dejará de ser una jerga
La Nueva EspañaJosé Antonio Martínez García, catedrático de Lengua y Literatura Española de la Universidad de Oviedo, aseguró ayer, en el curso de verano que se desarrolla en Salas, que, según la teoría lingüística, el lenguaje de género, «si prospera, no dejará de ser un registro, una jerga», pese a que la ideología feminista crea que sustituirá a la lengua usual.Martínez estableció las diferencias de criterio en su conferencia «La aversión al masculino genérico en el lenguaje de género», que impartió en el centro municipal de La Veiga, dentro del curso «Comunicación y documentación» que dirige la profesora de la Universidad Taresa Fernández Lorences.Entre tales divergencias, Martínez destacó que la ideología feminista considera que la lengua «la reforma una autoridad» y que «determina la realidad» histórica, social o psicológica e individual. La teoría lingüística, en cambio, establece que la lengua es transformada por la gente anónima que la usa y que refleja esa realidad.«La lengua es un mecanismo muy flexible y, si hay una realidad que ha cambiado, se adapta», aseguró el catedrático de la Universidad de Oviedo, quien añadió: «Lo que no se puede hacer y hay que reprochar es elaborar una lista con sustantivos con forma femenina», entre los cuales, citó, se encuentra «albañila». Martínez considera que habría que esperar a que la realidad se encargue de realizar esas modificaciones.Aludió al masculino genérico, «contra el que se apuntan la mayor parte de los cañones y baterías del feminismo lingüístico», señaló, y a los desdoblamientos a los que se recurre para rehuirlo.En cuanto a los colectivos, habla de «una receta contradictoria. Antes se recomendaba utilizar los alumnos y las alumnas y ahora el alumnado», apuntó, destacando que éste término tiene apariencia masculina pero es un sustantivo colectivo y no menciona a la mujer. A esto se une la circunstancia de que hay parejas que carecen de colectivo, como primos y primas.José Antonio Martínez indicó a los estudiantes que «el castellano es una lengua de género y decir que es sexista es no mirar a la realidad» porque, según añadió, en pocas ocasiones el género gramatical tiene que ver con el sexo.