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El habla de los jóvenes afecta
cambio lingüístico

27/04/2010

El TiempoLas nuevas formas de comunicación impactan el lenguaje formal y por ello los maestros deben recalcar el respeto por la estructura básica del lenguaje.Estas son algunas expresiones que utilizan los jóvenes: «Se rayó conmigo y no sé ni por qué. ¡Porfis!, usté' que es mi perra parchémonos mañana un ratón ¿sipi?» Dos frases que parecen simples y que podría pronunciar cualquier adolescente promedio, reflejan los cambios que afronta el idioma español y que ayer celebró su día en medio del recuerdo lejano, para algunos, de Cervantes y El Quijote.Pero el español oral no es el único que enfrenta transformaciones, los mensajes de texto y el chat están poniendo contra la pared a los defensores del lenguaje quienes piensan que estas formas de comunicación, impulsadas por la tecnología y la inmediatez, deben asimilarse porque es imposible detenerlas.Y es que escribir 'x' (el símbolo matemático), en vez de la preposición 'por' o un 'grs', a cambio de un 'gracias', son situaciones que podrían dejar 'out' a un adulto en un chat con un joven.«No se aprende lo básico del idioma sino que priorizan nuevos lenguajes, algunos de ellos ni siquiera aceptados como códigos ligüísticos. No lo veo como un aporte sino como una deformación del idioma», dijo el psicopedagogo Jairo Gutiérrez.Agregó que estas palabras y símbolos empiezan a afectar incluso la comunicación en el círculo familiar porque generan un choque entre generaciones.Marco Santos Sánchez, licenciado en idiomas y profesor del colegio Inem de Villavicencio, dice que los maestros no se pueden sustraer a estos fenómenos y deben ser temas de las clases.«El idioma sí se afecta y por eso hay que decirles a los jóvenes que estos cambios son un lenguaje coloquial y dista mucho del formal», apuntó.'El fenómeno no desaparecerá'Tato Ramírez, publicista y director de la emisora juvenil 'Los 40 Principales' en Villavicencio, dice que las palabras cambian tanto que incluso el lenguaje usado en colegios es diferente al de las universidades.«Cuando el joven llega a la vida profesional se estrella porque sabe que no todos entienden sus expresiones. En ese sentido creo que volver a la lectura juiciosa de libros debe ser el remedio para que el joven tampoco se quede colgado del buen uso del lenguaje», sostuvo Tato Ramírez.Agregó que incluso palabras como marica o güevón, dejaron de ser ofensas entre jóvenes para ser 'sinónimos' de amistad.«Me parece increíble que, por ejemplo, para afirmar algo acudan a una negación y digan 'obvio, no'», explicó.Para Jairo Gutiérrez, más que detener estos fenómenos se debe pensar en mitigar su impacto negativo sobre el idioma.«Debemos evitar daños perdurables en términos de la comunicación y del aprendizaje», dijo.Para Marco Santos, «los adultos deben entender que en vez de alejarse hay que aprovechar su uso para fortalecer la comunicación con los jóvenes».