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El futuro del español no pasa por competir con el inglés

06/06/2022
Nora Quintanilla

Richard Bueno, director del Instituto Cervantes de Nueva York

Reputados lingüistas de Nueva York y del mundo entero se dieron cita hoy en Nueva York para estudiar el presente y el futuro de la lengua castellana, con una idea rondando en el aire: el porvenir del español no pasa por entrar en competencia con el inglés.

“Competir contra el inglés es absurdo, hay que saber poner sobre la mesa la valía del español”, dijo este viernes a Efe Richard Bueno, director del Instituto Cervantes de Nueva York, organizador del evento.

El Cervantes de la Gran Manzana celebra entre hoy y mañana su primer Congreso Anual, titulado “Lengua e identidad: variación lingüística e igualdad social”, que reúne a especialistas para tratar el estado del español en la calle, en las artes, en el periodismo o en la ciencia.

La jornada comenzó con Bueno destacando los datos que sitúan al español como la segunda lengua del mundo en hablantes nativos y la tercera en usuarios, pero reconociendo también sus “carencias” en ámbitos como la ciencia y la tecnología, donde el inglés es claramente dominante, y en la evolución de su uso en EE.UU.

Según apuntó el profesor Richard Otheguy, de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), en Nueva York hay 2,5 millones de latinos o hispanos (30 %) y en EE.UU. unos 40 millones (12 %), la mitad nacidos en Latinoamérica y la otra mitad en el país.

Abordó también, citando una encuesta, cómo entre esa población latina el uso del español “en casa” ha disminuido en diez años, del 2010 al 2020, de un 75 % a un 70 % en EE.UU., y cómo la segunda generación usa un español lleno de préstamos del inglés.

Para Otheguy, que defiende la “diversidad” de variedades habladas, decir que su español es malo o es “espanglish” denota elementos de “ignorancia”, y decir que está plagado de palabras “de fuera” denota “alteridad”, pues es su habla “autóctona”, aprendida en la infancia, y supone por sí misma una “competencia lingüística”.

En la misma línea, el director general del Instituto Cervantes, Luis García Montero, quien por compromisos en Seúl (Corea) no pudo acudir, señaló en un vídeo pregrabado que “cada vez es más difícil una caricatura del español como lengua de pobres” en EE.UU. y destacó la aportación de los latinos a la “riqueza del idioma”.

A ese respecto, Bueno dijo a Efe que “lo más sensato es ir de la mano del inglés” en lugar de competir, sobre todo en una época en la que, “cíclicamente, la lengua franca es el inglés”.

“Hablamos ahora de gente que, si pierde el español, es porque predomina el inglés”, agregó, incidiendo en el trabajo desde las instituciones de promoción de la lengua y cultura españolas para encontrar un “equilibrio” que evite esa pérdida y para “concienciar (a los hispanohablantes) de la importancia que tiene su lengua”, la de sus familiares.

Hubo una mesa redonda sobre lengua y sociedad en la que intervino la educadora Olga Mejía Glenn, quien apuntó ese “riesgo” de que la tercera generación no hable español y reflejó la “disyuntiva” entre “asimilarse” a la cultura de EE.UU. y perder la identidad, o “formar parte de la resistencia para mantener el idioma”.

En este último caso, sugirió “aspirar a cuotas” en el plano político que incluyan latinos en la toma de decisiones, por ejemplo legisladores, y añadió que cabe aspirar a “incluso una presidencia, por qué no, de un latino o una latina”.

El congreso continuará mañana con ponencias destacadas de la catedrática de la Universidad de Sevilla Lola Pons, quien también ha comisionado una exposición en el patio del Cervantes neoyorquino sobre la “lengua en la calle” a través de 400 años; o el profesor Mario Tascón, experto en “nuevos lenguajes” e inteligencia artificial.

Un centenar de personas asistieron al evento, entre ellos numerosos profesores, académicos y también diplomáticos de España, Perú, Colombia, Uruguay, México, Argentina y Paraguay destacados en Nueva York.

Entre los invitados estaban Guillermo Escribano Manzano, director general del departamento del Español en el Mundo, que destacó la “apuesta de la diplomacia” española por hacer del español un “vector de política exterior y de cohesión con el resto de países de habla hispana”.