El español como lengua de herencia en Italia
Se suele considerar una lengua de herencia un sistema lingüístico diferente del código vehicular, adquirido habitualmente en contextos familiares transnacionales y, por lo general, sin una formación escolar organizada en dicha lengua. La lengua de herencia, pues, no es exactamente una lengua con características propias, sino el resultado de una forma de aprendizaje y de uso de un sistema lingüístico, típico de hablantes bilingües y que, por lo tanto, a menudo se ve afectada por dinámicas de contacto con el código predominante. Esto quiere decir que la lengua de herencia cambia considerablemente de hablante a hablante y que sus características tienen que ver en su mayor parte con las destrezas y las competencias en una lengua codificada, como puede ser el español, en sus diferentes variantes.
Otro aspecto importante es que, como se mencionaba antes, el perfil del hablante de herencia corresponde a una tipificación didáctica y a la vez sociolingüística, tratándose de sujetos que suelen moverse en contextos diglósicos, en los que la lengua de herencia es al mismo tiempo una lengua minoritaria con todas las consecuencias identitarias e ideológicas que eso conlleva desde un punto de vista glotopolítico (Narvaja de Arnoux y del Valle, 2010). En otras palabras, las lenguas de herencia suelen darse en contextos de migraciones globales y asimetría social, con lo cual los procesos de transmisión intergeneracional no serán iguales en todos los casos, dependiendo de las variables sociales que entren en juego en cada circunstancia. Sobre estos dos aspectos cabe hacer algunas consideraciones importantes para la definición de quiénes son los hablantes de herencia del español en Italia, y sobre la consiguiente dificultad de poder cuantificarlos.
Si no es posible demarcar con límites claros el perfil de competencias de un hablante de herencia, debido al amplio continuum de destrezas que va de una competencia más limitada a una competencia totalmente bilingüe, tampoco se pueden utilizar con precisión absoluta datos del microcenso poblacional, puesto que los hablantes de herencia no se pueden encasillar en rasgos unitarios, como pueden ser la edad, la procedencia, el lugar de nacimiento, etc. A saber, un hablante de herencia puede ser un individuo que pertenece a la segunda generación de hablantes de español, así como a las generaciones 1.5, 1.75, etc., es decir, jóvenes que experimentan procesos de migración en la etapa escolar o preescolar (Rumbaut, 1997). Por otra parte, en un país como Italia, no se hace distinción jurídica entre primera y segunda generación, puesto que el estatus jurídico basado en el principio del ius sanguinis otorga la nacionalidad a los individuos nacidos en Italia por herencia de la nacionalidad de los padres y no por el lugar de nacimiento, como ocurre en otros países europeos. Esto significa que el grupo basado en la nacionalidad de origen de un país de habla hispana en Italia incluye tanto a hablantes con un dominio completo de español y una competencia escasa en la lengua italiana, como a las segundas generaciones de hispanohablantes, que no necesariamente tendrían el español como lengua materna y que, en algunos casos, podrían incluso tener un dominio muy limitado o nulo de este idioma.
Un factor clave en el ámbito de la lengua de herencia, además, tiene que ver con los procesos de transmisión intergeneracional y con las dinámicas de mantenimiento del español que subyacen tanto en la esfera de las políticas lingüísticas familiares, como en la de las políticas lingüísticas nacionales en materia de valoración de los repertorios de origen. En este caso también nos encontramos con situaciones diferentes dependiendo de la ubicación geográfica.
El proyecto «El español en Europa» (EEE), por ejemplo, ha puesto de manifiesto la heterogeneidad que presenta este grupo de hablantes, ya sea desde el punto de vista social, desde el punto de vista de los procesos de transmisión y conservación de la lengua de origen, o en cuanto a oferta formativa basada en sus necesidades. Su distribución geográfica, las variedades de español que usa y la posibilidad de acceso a trayectorias formativas en la lengua de origen pueden variar mucho según el país, así como en lo que se refiere a actitudes y percepciones lingüísticas internas y externas que giran en torno a la lengua española. A diferencia de países como Francia, Alemania y Suiza, donde la presencia de hablantes de herencia se debe a la inmigración histórica procedente de España en los años sesenta y setenta, en Italia la presencia de hablantes de herencia de español se debe sobre todo a los procesos diaspóricos que se han originado en Hispanoamérica entre el siglo pasado y el nuevo milenio, y que han encontrado en el país mediterráneo uno de los destinos favoritos en Europa. A continuación, pues, vamos a trazar una fotografía que pueda representar mejor a este grupo.