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El alemán, una de las “lenguas de herencia”, gana terreno en Uruguay

12/06/2021

Alumnos de una escuela uruguaya

La ciudad uruguaya de Nuevo Berlín no tiene ese nombre por capricho. La delimitación y fundación del pueblo fue a impulso de los hermanos Wendelstandt, que habían migrado desde Mehlem, Alemania. Por eso “es una alegría que la lengua alemana vuelva al pueblo, a su cultura”, dijo ayer el alcalde Hernán Godoy cuando, a través de una videoconferencia, le fue presentada la propuesta de extender el aprendizaje del alemán en Uruguay.

El alemán es la lengua materna más hablada en Europa. Cuatro países del Viejo Continente la consideran oficial y otros dos como una de las principales dado que tienen regiones que la hablan enteramente. Y en Uruguay es, según la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), una de las “lenguas de herencia” (junto al italiano, el francés, armenio y portugués).

Por eso la lengua que, en el sistema de enseñanza pública uruguaya, solo era aprendida en la ciudad de Nueva Helvecia y en tres centros de lenguas extrajeras (extracurricular), ahora pasa a dictarse en nueve centros de enseñanza secundaria o en la Universidad del Trabajo.

“A partir de ahora hay más estudiantes de alemán en liceos públicos que en el propio instituto Goethe”, bromeó Jana Blümel, de la reconocida institución cultural de la República Federal de Alemania en Uruguay.

La ANEP tiene el objetivo de que, para 2030, todo egresado del bachillerato sea capaz de comunicarse en al menos tres lenguas: muy bien en uno de los idiomas oficiales de Uruguay (español, lenguaje de señas o el portugués del Uruguay), un nivel intermedio en una lengua internacional como el inglés, y capacidad comunicativa en una lengua regional o de herencia (entre las que entra el alemán).

“Aprender una lengua no es solo la capacidad de comunicarse con otros o de aprender otra cultura; es comprender mejor al propio español”, explicó Aldo Rodríguez, director de Políticas Lingüísticas de la ANEP. “Los americanos dicen que ‘el pez es el último en ver el agua’, y eso es lo que sucede con las lenguas: en español solemos omitir el pronombre y decimos: ‘Fui a la casa’. En inglés, en cambio, es obligatorio incorporarlo y decir ‘Yo fui a la casa’”.

La pandemia del covid -19 trajo pérdida de aprendizajes en todo el mundo. De hecho, en algunos informes internacionales se habla de que “demorará años recuperar el tiempo perdido”. Pero la enseñanza de lenguas extranjeras tuvo un efecto contrario y se vio potenciada. Al menos en Uruguay.

“Hemos tenido récord de estudiantes inscriptos a exámenes internacionales, ya estamos teniendo consultas para los exámenes de este año cuya matriculación recién abre en julio, y hasta récord de funcionarios de la ANEP interesados en el aprendizaje de lenguas”, expresó Rodríguez.

Hace tres días la ANEP abrió la inscripción para cursos de idiomas dirigidos a funcionarios docentes y no docentes. Se trata de cursos con máximos de entre 15 y 50 cupos. Sin embargo, ya hay “498 interesados en portugués, 485 en lengua de señas, 263 en inglés, 92 en francés y 91 en armenio”.

Las autoridades educativas todavía no tienen claro el motivo de este “boom idiomático”. Entre las posibles respuestas está un mundo más global y virtual, que reconoce menos fronteras y donde la comunicación es clave; más tiempos frente a dispositivos para aprender y la propia posibilidad de aprender online. En este sentido, concluyó Christiane Schulte, del instituto Goethe, “la educación a distancia que Uruguay implementa desde hace años en Plan Ceibal[1] es única y marca una tendencia mundial”.

 




[1] Plan basado en el programa estadounidense One Laptop per Child, implantado en el Uruguay en 2011, por el cual cada alumno de una escuela pública recibe una computadora portátil.