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Castellano: una lengua de 11 siglos y cientos de millones de hablantes

10/11/2008

El Nacional / EFETras más de 11 siglos de historia, la lengua española ha conseguido implantarse en las bocas de más de 500 millones de personas en todo el mundo, un momento de éxito para un idioma que todavía no ha encontrado a sus padres biológicos, pero sí los sitios donde mejor lo tratan fonéticamente en la actualidad.Las discrepancias de políticos e historiadores no han facilitado la ubicación geográfico temporal del nacimiento del español hablado, antecedente del escrito, del que sí existe custodia compartida, con las Glosas Emilianenses de San Millán de la Cogolla (La Rioja) y los Cartularios de Valpuesta (Burgos), también objeto de discusión."No hay que pegarse por cuál fue el primer documento del castellano", ha asegurado a Efe el director del Área de Literatura Española de la Universidad de Burgos, Pedro Ojeda, quien piensa que "de poco sirve" relacionar esos documentos con el verdadero origen de la lengua, ya que "cuando una palabra se escribe, es porque alguien la entiende".La fecha de ambos manuscritos, su veracidad, el romance más o menos castellanizado que contienen e incluso el ansia por contar con los documentos más antiguos, son algunas de las razones que hacen continuar con la discordia también en el ámbito político.Así, en cuanto al cuidado actual de la lengua, hay opiniones de especialistas que se consensúan para afirmar que actualmente la zona comprendida entre la provincia burgalesa y la comunidad riojana puede presumir de ser en la que se habla un castellano más cercano al que dicta la Real Academia de la Lengua Española.Las provincias de Valladolid, Palencia y Burgos son para uno de los expertos en la evolución histórica de la lengua, el ex periodista de la Agencia Efe Nicolás Dulanto, de las que más se benefició la expansión peninsular del castellano, lo que considera como una razón de que sea en estos territorios en los que se hable mejor, junto con otros lugares como Álava.El concepto "cuna del castellano", utilizado por muchos para atribuirse la perfección del idioma, es para Dulanto una frase "lapidaria" que proporciona grandes dividendos a los monasterios riojanos, en la defensa personal de este experto de Valpuesta y alrededores como orígenes orales y escritos del idioma."Nadie, ni ningún lugar, puede adjudicarse este concepto, y que los políticos digan lo que quieran", ha espetado el profesor de Lengua Española de la Universidad de La Rioja, Fabián González, porque a su juicio, el romance se fue forjando durante una época "más o menos larga" en la Hispania de los siglos IX y X.González se ha mostrado partidario de que la lengua hablada comenzara a desenvolverse en la zona comprendida entre Burgos y La Rioja, por la que también se inclina por afirmar que, aunque todos los lugares "se salen" de la norma culta, es donde se habla un castellano más estándar que, a su juicio, constituye ya una forma de hablar "minoritaria" en los tiempos que corren."Que en Valladolid se pronuncien las cinco vocales nítidas no significa que sea mejor castellano", ha aclarado la profesora de Filología Hispánica de la Universidad de Valladolid Carmen Hernández, quien sí ha reconocido que a un extranjero le resultaría más fácil aprender la lengua en la capital castellana, ya que quizá en esta ciudad las cosas están "más claras" fonéticamente, a pesar de cometer errores como el mal uso de los pronombres personales.A juicio de Ojeda, unos usos de la lengua abren "más o menos puertas", pero actualmente ya no se dice que algo es incorrecto lingüísticamente, sino que algo es más o menos culto, por lo que afirma que la lingüística moderna "no va por donde se habla mejor, sino que es una herramienta que sirve para manejarse y utilizarla"."El español es hoy un negocio, un bien cultural que necesita protección en su uso y de las injerencias políticas por sus siglos de historia", ha señalado Fabián González, quien aunque mantiene la misma opinión del resto de lenguas españolas, tilda de "mal camino" el que en un momento una pueda ensalzarse en detrimento de la otra.Ojeda, que suscribe que "todo uso político de una lengua va a llevar a un conflicto", opina que la lengua no ha dejado nunca de ser utilizada para fines electorales, porque a su juicio se enarbola como bandera, frente a su verdadero objetivo, servir "para comunicarse".