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Cómo Duolingo convirtió el aprendizaje de lenguas en un juego ameno

06/12/2022
Bill Gifford

Duo, la mascota de Duolingo, en la sede de la empresa en Pittsburgh. / Foto: Ross Mantle / Bloomberg Businessweek

Hola, soy Bill. Como millones de personas en todo el mundo, empecé a usar Duolingo durante la pandemia, sobre todo porque mi hijastro, que entonces tenía 13 años, también usaba la aplicación para aprender idiomas en el colegio. Pronto me enganché, estudiando español todos los días... aunque, francamente, no tenía ninguna necesidad real de hacerlo. Me parecía una forma mejor de emplear el tiempo que dedicarme a las redes sociales, eso es todo.

Y se parecía más a un juego que a un estudio, con coloridos personajes de dibujos animados, lecciones fáciles de completar y, por supuesto, la mascota de la aplicación, el búho Duo, que necesitaba que mantuviera mi "racha" diaria. No podía defraudar a ese tonto búho, ya que podría burlarse de mí en la alocada cuenta de Duolingo en TikTok. Con el tiempo, empecé a sentir curiosidad por la empresa que estaba detrás de la aplicación, y ahí es cuando las cosas se pusieron realmente interesantes.

Como escribí en el último número de Bloomberg Businessweek, Duolingo, con sede en Pittsburgh, es una empresa única que se encuentra en un punto de inflexión. Comenzó a finales de la década de 2000 como el proyecto de doctorado de un estudiante en la Universidad Carnegie Mellon; ahora es una empresa tecnológica que cotiza en bolsa con más de 500 empleados y una capitalización bursátil de 2.800 millones de dólares. Sus cofundadores, Luis von Ahn y Severin Hacker, insisten en que su aplicación de idiomas (y las más recientes de alfabetización y matemáticas) tiene que ser accesible a cualquiera de forma gratuita. Su popularidad se ha disparado hasta superar los 56 millones de usuarios activos mensuales, pero no solo la utilizan Bob y Trudy para estudiar español en su viaje a Cancún; más de la mitad de los usuarios de Duolingo está aprendiendo inglés, y muchos son inmigrantes y refugiados que necesitan aprender un idioma para conseguir un trabajo mejor en sus nuevos países. Sólo una pequeña parte paga por suscribirse. "Nuestra aplicación gratuita es mejor que la de pago de la mayoría de las empresas", me dijo von Ahn. "¿Cómo se compite con lo gratuito?".
¿Cómo sobrevive en Wall Street una empresa con un producto gratuito y una misión sin ánimo de lucro ("Crear la mejor educación del mundo y hacerla universal")? ¿Se puede cambiar el mundo y ganar dinero? De momento, no. Aunque el precio de sus acciones ha bajado desde la OPV de julio de 2021, junto con el de todas las demás empresas tecnológicas, Duolingo sigue atrayendo a montones de nuevos usuarios y suscriptores de pago.

Entre bastidores hay una enorme máquina de IA (llamada "Birdbrain") que optimiza sin descanso la aplicación, para el aprendizaje, pero también (cada vez más) para monetizar a sus millones de usuarios. Los ingresos han aumentado cada trimestre, pero cuando la empresa lanzó un importante rediseño de la aplicación este otoño, los aullidos de protesta resonaron en las redes sociales. ¿Podrá Duolingo seguir creciendo sin perder a sus millones de fans?