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Bryce Echenique ajusta cuentas con Perú en segundo libro de "Antimemorias"

03/10/2005

Por Jose OlivaBarcelona, 3 oct (EFE).- El escritor Alfredo Bryce Echenique ajusta cuentas pendientes con su Perú natal en el segundo libro de sus "Antimemorias", que lleva por título "Permiso para sentir".En la presentación del libro, editado por Anagrama, Bryce Echenique ha comentado hoy que en "Permiso para sentir" recoge la historia de su vuelta a Perú, especialmente cuando en 1999 decidió "liquidar" su vida en Europa, "eso sí, dando las gracias".El autor ha relatado que su llegada a Perú fue "atroz, con una llegada triste, falsa, a un país gobernado por Fujimori", en el que vivió de cerca los efectos de los raptos, tan cercanos que incluso llegaron a afectarle personalmente."Los esbirros de Fujimori -recuerda- me raptaron, me dieron una paliza espantosa y un susto atroz y luego me tiraron en una calle como un pelele".En los tres años y medio que Bryce pasó en su Lima natal, se dio cuenta de que "echaba de menos Europa" y que "la Lima que amaba y había conocido había prácticamente desaparecido".En aquellos años no podía evitar sentir "rabia" cuando veía que los peruanos no percibían como él la tiranía de Fujimori, hasta el punto de que el escritor pronosticó que "Fujimori se vendría abajo como un castillo de naipes, como así sucedió".Califica el régimen dictatorial peruano de "podredumbre y corrupción", en el que Fujimori, fruto de la "soberbia", "se creía que era el acontecimiento".Olvidada esa etapa dura de su vida, Bryce Echenique sólo quiere vivir "como un peruano cualquiera, sin ambiciones políticas, como un limeño más que va a la playa", describe.Para el autor de "La última mudanza de Felipe Carrillo", "el limeño es un ser que tiene un complejo de agresividad telúrica, en una ciudad en la que ser y no ser es lo mismo".En la actualidad, Bryce Echenique pasa la mitad del año en su país natal y la otra mitad en Barcelona, donde ha escrito "Permiso para sentir", la segunda parte de unas "Antimemorias" que tuvieron su primera entrega con "Permiso para vivir", casualmente escritas también en la Ciudad Condal en 1986."He vuelto a Barcelona porque aquí me siento más sereno para trabajar, mientras que en Madrid, donde estuve diez años (1989-1999) me resultaba imposible, pues los aviones que llegaban de Latinoamérica tenían una terminal en mi casa y era imposible escribir".Cuando se le pregunta por la disciplina de otros compañeros del "boom" latinoamericano, Bryce Echenique responde con su habitual socarronería: "soy bastante disciplinado, sin llegar a ponerme el mono de trabajo como García Márquez", y añade que "puedo asegurar que con todos ellos tomé un buen vaso de whisky en las horas de la disciplina".Ganador del Premio Planeta en 2002, Bryce Echenique trabaja ahora en el que será su próximo relato, "Las obras infames de Pancho Marambio", que, según ha dicho, "es un divertimento para terminar de salir de esta experiencia dolorosa peruana".Al respecto, subraya que "el humor es esencial en nuestras vidas cotidianas", y por ello ha recurrido a esa herramienta para dar carpetazo a los pasajes más duros de su vida.Para dar forma a ese nuevo capítulo de su vida iniciado en Barcelona, Echenique ha aparecido hoy ante los periodistas con una nueva imagen, después de haberse desprendido de su inseparable bigote, el bigote del "boom", con permiso de Gabo, el bigote del profesor que ejercía en las universidades de París y Montpellier en los revolucionarios días de 1968.