Analizan el lenguaje rural de Miguel
Delibes
El Norte de CastillaBarruco, cadozo, humeón, lameira, y piedralipe son términos recogidos por Delibes a lo largo de su dilatada carrera literaria que hasta hace bien poco permanecían agazapados —o alebrados, como apuntaba el escritor cuando hacía mención a los conejos que se escondían— y arrinconados en la Castilla más profunda. Palabras que pertenecían, poco menos que en propiedad privada, a nuestros mayores cuando salían a realizar sus labores al campo, en el mismo pueblo o, simplemente, en un día cualquiera de caza o pesca. Vocablos con más pasado que futuro que un buen día se encargó de identificar y clasificar Jorge Urdiales con la inestimable ayuda del propio Delibes, y que hoy descansan en dos diccionarios distintos —uno de castellano rural y otro de expresiones populares— que el propio autor desmenuzó en la tarde de ayer en el colegio 'Miguel Delibes' en una conferencia organizada por la Fundación Coello. En su proceso de recolección, este profesor y meticuloso investigador de la obra del escritor vallisoletano se topó con 1.140 palabras que sí aparecían en la Real Academia de la Lengua y otros 329 que tuvo que descodificar, en primer lugar visitando la zona Este de Valladolid para entrevistarse con los habitantes de los pueblos protagonistas en la bibliografía de Delibes y, en última instancia, acudiendo al propio escritor para certificar el significado de todas ellas.El fruto de ese estudio, en el que se recogen, entre otras, 86 palabras del Delibes marino, 46 del mundo hispanoamericano, 122 de caza o 39 de pesca, fue trasladado ayer a una conferencia en la que el propio Urdiales subrayó la extraordinaria capacidad de observación del autor para rescatar unas palabras que, en su gran mayoría y lamentablemente, tienden a desaparecer. «Sobre todo las de labranza», aclaró.