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Alfredo Taján y la mirada transatlántica en busca de los orígenes

16/09/2005

Madrid, 16 sep (EFE).- En su novela detectivesca e inquietante, "La Sociedad Transatlática", que presentó hoy, el escritor hispanoargentino Alfredo Taján construye una metáfora, desde el olvido y la distancia, sobre los altibajos de la historia y rinde homenaje al Buenos Aires de la opulencia y del esplendor cultural.Desde los años 20 y a lo largo del siglo, España y Argentina han recorrido caminos inversos, de la pobreza a la riqueza y en sentido opuesto, y eso muestra que "el diálogo entre ambas tiene que revisarse constantemente", destacó este escritor de ascendencia siria, nacido en Rosario (Argentina) en 1960, que llegó a España con 14 años y en 1996 ganó el premio Café Gijón por su novela "El pasajero"."Ese diálogo pasa por aceptar elementos que aún no están sobre la mesa", opinó Taján y recordó la advertencia de Ortega en 1929 "¡argentinos, a las cosas!", que tan mal sentó cuando había lingotes de oro en la Casa Rosada, aunque resultó un preludio del fracaso que sobrevendría por una gestión del populismo y el radicalismo posterior.Poeta, crítico literario, gestor cultural y desde este año director del Instituto Municipal del Libro de Málaga, su nueva obra (Destino) tiene como puntos fuertes "una prosa de gran belleza con el ornamento justo, un elegante equilibrio y varios niveles de lectura", subrayó el editor Malcom Otero.Su ritmo y cambios en la narración "la hacen una novela memorable", explicó, "llevando la trama hacia los orígenes, hacia el interior, a la búsqueda de sí mismo, y en medio de un abanico de personalidades vivas y enteramente creíbles"."¡Quién iba a pensar en aquellos años de Borges, de las Ocampo, de Bioy y todas aquellas personalidades que vivían en los paquebotes buscando la magia y el mito europeo, que Argentina iba a vivir una tal crisis!", reflexionó hoy Tajón, que dijo amar tanto a España como a Argentina, situado entre ambas orillas.Y en esa frontera vital se enmarca "La Sociedad Transatlántica", y su homenaje "con pequeño ajuste de cuentas" a quienes tanto hicieron por la cultura en los años 20, 30 y 40 hasta la llegada de Perón a la presidencia argentina."Aquellas gentes y todos los empresarios culturales hicieron muchísimo por el país, abrieron salones importantísimos, permitieron que dialogáramos con Ortega, con Tagore, con Marinetti", recordó Tajón, que también evocó al escritor polaco Witold Gombrowicz, autor de la novela "Transatlántico", quien llegó para dos meses a Argentina y se quedó 20 años."Aunque su crispación con Borges llegó al punto de que, al dejar el continente para marcharse a Francia, advirtió a los que acudieron a despedirle "¡Maten a Borges si quieren que Argentina vaya bien!".También recordó el esfuerzo español del exilio en aquellos años, el realizado por los centros gallego o asturiano, y nombres como los de Alberti, Ayala, Gomez de la Serna, Victoria Kent o Manuel de Falla moviéndose en la encrucijada.Con un diez por ciento de realidad y el resto de ficción, cifra su autor, "La sociedad Transatlántica" está protagonizada por Guillermo Brown -nombre del fundador de la flota de guerra argentina- y por Lidia Grandi, dos de los herederos de una extraña sociedad de espías socioculturales que actuó al modo masónico entre España y Argentina desde los años 20 hasta 1946, en que llegó a la presidencia el general Perón.Sigue una trama de maquinación y mentira que va desvelando los entresijos, a la búsqueda de un manuscrito perdido, el diario del abuelo Brown, "que puede aclarar muchas cosas", hasta plantear una estafa monumental que convierte a los protagonistas en marionetas de un tinglado que les desborda.