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¿El traductor automático
definitivo?

03/05/2010

NeoteoUno de los sueños de la tecnología ha sido siempre romper las barreras de comunicación entre diferentes culturas. Traducir de modo correcto un idioma a otro es una tarea pendiente que ninguna empresa ni científico ha conseguido por ahora. Sin embargo, un emprendedor español asegura haber diseñado un algoritmo que puede hacerlo, con una tasa de conversión eficaz de casi el cien por cien y en tiempo real, mientras hablamos. ¿Demasiado bonito para ser cierto?Néstor Jacob, un emprendedor español muy peculiar, afirma que ha desarrollado un sofisticado algoritmo informático que traduce conversaciones orales en tiempo real y que es capaz de aprender idiomas de forma autónoma. Este hombre dice estar muy orgulloso de su invento «por ser el primero en romper las barreras lingüísticas y por haber contemplado la cara maravillada de los «ejecutivos agresivos a los que hemos hecho demostraciones». Ha bautizado su diseño como Voice Projet, y parece que Google, Yahoo, Telefónica y HP, han mostrado interés por su desarrollo.Jabob explica que su «interpretador de voz humana», como le gusta llamarlo, «a diferencia de otros sistemas, tiene la habilidad de ordenar las palabras en su justo orden al traducir». Mejor aún, interpreta el sentido que el locutor quiere dar a la frase y la pronuncia, en tiempo real, con claridad y coherencia en el idioma «de salida». El aparato integra un módulo de inteligencia artificial que utiliza un complejo y secretísimo algoritmo de análisis gramatical y semántico desarrollado por Thinket, la empresa de este polifacético empresario. «Autoaprende nuevas lenguas y expresiones, y puede incluso completar una palabra que se haya quedado a medias a causa de, por ejemplo, una interferencia telefónica», asegura Jacob. Por ahora, sólo traduce entre inglés y español, pero dice su diseñador que ya chapurrea chino y ruso.Mientras que Google mantiene a quinientos genios investigando en este campo desde hace cinco años sin resultados eficientes, Jacob asegura haber conseguido el objetivo en apenas dieciocho meses y con una infinitésima parte de los recursos que el gigante dispone. Incluso el ministerio de Ciencia e Innovación había considerado este reto como uno de los más difíciles de estas décadas, poniendo como límite temporal unos veinte años. Jacob tiene guardado el algoritmo bajo siete llaves, bien encriptado y protegido del espionaje industrial porque la verdad, si esto fuera realmente cierto, sería un auténtico bombazo. Dudamos mucho que esto llegue a buen puerto, porque si no lo ha logrado nadie, ni los científicos más brillantes ni las empresas más poderosas ¿cómo lo va a conseguir este simple mortal? Esperaremos a ver si se confirma pronto la noticia. Mientras tanto, lo mantenemos en suspenso.