
Punta de flecha del Neolítico hallada en África / Foto: Diego Delso – Wikimedia Commons
flecha
Arma arrojadiza usada desde la Prehistoria, compuesta de un palo delgado con una punta afilada en uno de los extremos; según los casos y épocas, la punta puede ser de piedra, hueso o metal. Del lado opuesto a la punta solía tener plumas cortas que le servían de orientación, cuando era lanzada con un arco.
En las lenguas prehistóricas indoeuropeas, las palabras vinculadas con la idea de volar se formaban a partir de la raíz pleuk-, que dio lugar a los vocablos germánicos fleugan ‘volar’ y fleugon ‘insecto volador’. De estas palabras se derivó en francés antiguo fliche, actualmente flèche ‘flecha’. En la lengua de los francos fliukka significaba volador y en neerlandés antiguo, vliecke (así como en alemán moderno fliegen) era volar. En inglés, la raíz indoeuropea dio lugar a fly ‘mosca’ y a to fly ‘volar’, y también a flight ‘vuelo’, mientras que alemás se usa el verbo fliegen.
El castellano tomó el francés flèche para formar inicialmente frecha (Nebrija, 1495) y más tarde, flecha, que fue sustituyendo al vocablo autóctono saeta (del latín sagitta).
