
Inoculando una vacuna
inocular
Introducir en un organismo una sustancia que contiene los gérmenes de una enfermedad, según la definición académica que corresponde al acto de vacunar. Por extensión de significado, se usa con el sentido de ‘convencer a alguien de ideas o doctrinas que el hablante considera nefastas’: A este joven le está inoculando ideas fascistas.
Este moderno término médico proviene del latín oculus, que significa ‘ojo’, voz de la que procede también ocular, ‘parte de un microscopio o de un telescopio que queda más cercana al ojo’. Los latinos crearon una metáfora por la que extendieron el significado de oculus al capullo de una flor o a una parte de una planta, que podía ser inoculada (injertada) en otra. Esta metáfora no llegó hasta nosotros, pero sí el vocablo inoculāre.
Su sentido actual surgió en el siglo XVIII, con las modernas técnicas médicas de introducir (o inocular) antígenos en el organismo humano, aunque al comienzo se refería solo al virus de la viruela (ver vacuna).
Este vocablo llegó al diccionario académico en 1803, definido como ‘comunicar o pegar a otro las viruelas por medio de cierta operación artificiosa’; la edición de 1852 ya admitía la inoculación de virus ‘de cualquier mal contagioso’, y en 1869 fue reconocida la segunda acepción señalada arriba. Por entonces ya nadie se acordaba del origen vinculado a oculus.