pantagruélico
El escritor francés François Rabelais (1494-1553), de quien se dice que ennobleció la lengua francesa, fue autor de una novela satírica, también calificada como epopeya cómico-heroica, Gargantúa y Pantagruel, en la que criticaba con buen humor el estancamiento de la civilización durante el período medieval e, inspirado en los ideales clásicos, enaltecía a la naturaleza. En los dos primeros tomos, el tema humorístico de esta obra se basa en el apetito insaciable de tres gigantes: Pantagruel, su padre Gargantúa y su abuelo Grandgousier.
En una de las aventuras de Pantagruel, su compañero Epistemos es decapitado, pero, cuando Pantagruel vuelve a ponerle la cabeza en su lugar, el decapitado resucita y cuenta que estuvo en el infierno, donde había encontrado a todos los papas y a todos los héroes de la historia.
A partir del nombre de Pantagruel, se formó en francés el adjetivo pantagruélique, que en el siglo xx entró en nuestra lengua como pantagruélico, aplicado a fiestas y banquetes en los que se come y bebe demasiado.