negocio
Los romanos fueron esencialmente negociantes y el comercio fue el motor impulsó la economía desde los finales de la República hasta principios del Imperio.
La lengua latina y las legiones fueron apoyadas por el comercio que, recíprocamente, se constituyó en su columna vertebral, lo que explica la longevidad del Imperio.
Para los romanos, menos dados al ocio fecundo que los griegos, negotium significaba ‘ocupación, quehacer, trabajo’ y por eso formaron esta palabra, que es una contracción del adverbio nec ‘no’ y el sustantivo otium ‘ocio’, ‘descanso’, ‘recreación’. La palabra negocio está registrada por primera vez en español en los poemas de Berceo, en el siglo XIII:
Sufrió buena ofrenda, buen present, e granado,
Rendiendo a Dios graçias, e al sancto perlado,
Commo qui su negocio a tan bien recabdado,
Pagado e alegre tomó a su condado.
Vale la pena precisar que los latinos llamaban otium no solo a la recreación, sino también al tiempo dedicado a las artes. Así, el otium litteratum era el tiempo libre que dedicaban a las letras.