vitolfilia
Es el nombre de la no muy conocida afición a coleccionar los anillos o vitolas que adornan los cigarros puros.
Con el estallido de la demanda mundial de cigarros habanos, ocurrida alrededor de 1840, la industria tabacalera cubana entró en un período de apogeo que llevó, en pocos años, a la multiplicación por diez del volumen de las exportaciones, con lo que el ramo abrió sus puertas a un sinnúmero de novedades procedentes del exterior, principalmente de Europa.
Una de ellas fue la introducción de los anillos de papel que, desde entonces, se ponen en los puros, con hermosas imágenes y colores vivos. Inicialmente, estos anillos se realizaban mediante métodos litográficos de impresión en relieve, pero nuevas técnicas dotaron de una impactante belleza a los cigarros, que ya eran calificados como los mejores del mundo.
La mayor variedad de estos dibujos, verdaderas obras de arte, partió de los fabricantes de los afamados cigarros Romeo y Julieta, quienes, en poco tiempo, ofrecieron una variedad de entre cuatrocientos y quinientos anillos, muchos de los cuales habían sido diseñados por artistas famosos para un único comprador.
No demoró en surgir la afición a coleccionar estos anillos, la vitolfilia, denominación que pasó al inglés como vitolphily, originado en el nombre de estas vitolas. Se trata de un vocablo de procedencia incierta que Corominas supone que puede derivarse del portugués bitola ‘norma reguladora o medida de un diámetro o abertura’, cuyo primer registro en la lengua de Camões data de 1603, aunque como vitolla.