barril / barrica
Los barriles se emplearon por lo menos desde la Edad Media para conservar y transportar líquidos, granos y áridos (que se adaptan a la forma del recipiente).
También se empleaban en esa época, llenos de arena o de piedras, para fortificaciones, como ocurrió en el sitio de la ciudad vasca de Fuenterrabia, en 1280, defendida por Alfonso el Sabio. Este uso militar dio lugar a la formación del francés barricade (1588), en castellano, barricada.
Barril había sido tomado de barrica, que a su vez procedía del gascón barrique, de origen desconocido, quizá galo.
De esta nutrida familia de palabras proviene también barriga, por comparación con el vientre donde se echa el vino. En documentos de las Cortes Aragonesas de 1388 ‒citado por Corominas (1980)‒, el rey Martín emplea esbarrigado, con el significado de herido en el vientre.
El uso más conocido de barriles y barricas ‒elaborar y conservar vinos‒ proviene de la zona de Burdeos, de Bearne y de Languedoc, una zona vinícola donde su utilidad es aprovechada hasta hoy. Sin embargo, es probable que los primeros usuarios del barril de roble hayan sido sus inventores: los galos, hace más de 2000 años.